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Copilot vs ChatGPT: diferencias, ventajas y cuándo usar cada uno

Elegir entre Microsoft Copilot y ChatGPT no va de moda, va de productividad medible. Verás qué resuelve mejor cada uno en correo, reuniones y documentos, cómo se integran con Microsoft 365 y con tus datos, qué planes existen y cómo medir impacto desde la primera semana. Incluimos tabla comparativa, recomendaciones por entorno y un piloto rápido para decidir con criterio y evitar solapamientos.

Ricardo López Millán

Ricardo López Millán

Profesional en Data Science, especializado en el ecosistema Python y Machine Learning.

Lectura 5 minutos

Publicado el 25 de septiembre de 2025

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Decidir entre Microsoft Copilot y ChatGPT impacta el trabajo diario: bandeja de entrada, actas de reuniones, borradores de documentos, análisis rápidos en hojas y preparación de presentaciones.

La comparación útil no es “quién es más potente”, sino dónde trabajas y qué flujo quieres acelerar. Copilot vive dentro de las aplicaciones de Microsoft 365, por lo que reduce pasos en tareas in-app y respeta tus permisos existentes. ChatGPT funciona como espacio transversal de conversación y colaboración, ideal para idear, estructurar, transformar y estandarizar contenidos que luego llevas a tus herramientas.

Para elegir con criterio conviene fijar dos métricas simples: tiempo hasta el primer valor (minutos desde que inicias una tarea hasta que obtienes una salida útil) y tasa de finalización (porcentaje de tareas que cierras a la primera sin rehacer).

Con ese marco, el objetivo del artículo es práctico: mostrar qué hace mejor cada uno por tipo de tarea, ofrecer una tabla comparativa clara, proponer recomendaciones por entorno (Microsoft 365, mixto o sin suite corporativa) y cerrar con un piloto de 7 días que permita decidir con datos y evitar solapamientos.

Qué resuelve mejor cada uno por tarea

Antes de elegir asistente conviene mirar tareas concretas y decidir quién será principal por flujo. Así evitas solapamientos y mides impacto con dos métricas simples: tiempo hasta el primer valor y tasa de finalización.

Correo y bandeja de entrada

El correo concentra buena parte del día. Aquí la inserción en el cliente y el respeto a permisos marcan la diferencia.

  • Cuándo rinde más Copilot: trabajas en Outlook, necesitas resumir hilos largos, proponer borradores y ajustar tono sin salir del cliente.
  • Cuándo rinde más ChatGPT: quieres plantillas transversales por equipo, variantes de estilo y consolidar información de varias fuentes antes de pegar en el correo.
  • Decisión práctica: si Outlook es el centro, Copilot como principal y ChatGPT para estandarizar textos y guías de tono reutilizables.

El criterio clave en correo es reducir pasos: ayuda in-app cuando importa la velocidad, espacio de chat cuando buscas consistencia editorial entre equipos.

Reuniones y calendario

Las reuniones ganan cuando automatizas recapitulación y tareas y reduces el tiempo de actas.

  • Cuándo rinde más Copilot: si vivís en Teams, quieres resumen accionable con puntos clave y tareas y que queden encadenados a tus herramientas de la suite.
  • Cuándo rinde más ChatGPT: recibes actas de distintas fuentes, necesitas limpiar y homogeneizar transcripciones o crear resúmenes por audiencia (dirección, clientes, técnico).
  • Decisión práctica: Teams como centro → Copilot. Material heterogéneo o multi-suite → ChatGPT para normalizar y redistribuir.

El objetivo es minimizar fricción: in-app cuando todo nace en la suite, transversal cuando gestionas formatos variados.

Documentos y redacción

La creación y revisión de documentos mezcla arranque rápido y coherencia de plantillas con exploración de ideas.

  • Cuándo rinde más Copilot: mantener coherencia en Word, generar primer borrador desde un briefing, reescritura y ajuste de tono dentro del archivo.
  • Cuándo rinde más ChatGPT: estructurar documentos desde cero, explorar voces y estandarizar secciones para luego llevarlas a tu repositorio.
  • Decisión práctica: plantillas corporativas y control de formato → Copilot. Ideación, variantes y guías de estilo → ChatGPT.

Cierra cada documento con un resumen y una lista de pendientes generados por el asistente para acelerar revisiones.

Hojas de cálculo y análisis rápido

En hojas, la prioridad es aclarar fórmulas, detectar patrones y producir gráficos iniciales sin atascarse.

  • Cuándo rinde más Copilot: libros de Excel en la nube corporativa, con sugerencias de fórmulas, tendencias y explicaciones sobre tu propio fichero.
  • Cuándo rinde más ChatGPT: explicar fórmulas paso a paso, generar datos de prueba, esbozar transformaciones y luego aplicarlas en tu hoja.
  • Decisión práctica: análisis in-place sobre tus libros → Copilot. Aprendizaje y prototipos fuera del fichero productivo → ChatGPT.

Valida siempre con una muestra pequeña antes de presentar resultados y documenta supuestos para evitar conclusiones frágiles.

Presentaciones y storytelling

Un buen deck combina narrativa, visuales y coherencia de marca.

  • Cuándo rinde más Copilot: convertir documentos en decks en minutos, generar diapositivas y notas y aplicar temas sin salir de la app.
  • Cuándo rinde más ChatGPT: diseñar la historia, crear mensajes clave, esqueletos de deck reutilizables y variantes por audiencia antes de maquetar.
  • Decisión práctica: tienes un informe y necesitas un deck rápido → Copilot. Quieres afinar narrativa y “slide writing” → ChatGPT y luego pasas a la suite.

Antes de cerrar, pide al asistente una lista de riesgos o preguntas esperadas para preparar la defensa del deck.

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Seguridad, gobierno del dato y costes

Antes de escalar cualquiera de los dos asistentes conviene alinear seguridad, gobierno y presupuesto con tus políticas internas. Aquí verás qué cubre cada solución y cómo estimar el retorno sin complicaciones, con enlaces oficiales para ampliar.

Seguridad y gobierno del dato

La regla práctica es sencilla: usa los controles del ecosistema donde ya viven tus datos. Microsoft Copilot para Microsoft 365 hereda permisos y gobierno del tenant, con DLP, eDiscovery y auditoría según tu configuración; puedes ampliar en la página de Copilot para Microsoft 365 en Microsoft Learn. ChatGPT ofrece administración empresarial con SSO, SCIM y control por espacios y roles en ChatGPT Team y ChatGPT Enterprise, con política de datos para organizaciones.

  • Copilot: respeta permisos de OneDrive/SharePoint, mantiene el contenido en tu tenant y se integra con tus políticas de cumplimiento.
  • ChatGPT: permite espacios de trabajo por equipo, roles y SSO/SCIM; la política de datos para planes de equipo y empresa está documentada en su sitio oficial.
  • Recomendación: documenta en una página interna qué se puede subir, qué conectores están aprobados y qué no. Evita zonas grises y recuerda que el consentimiento explícito del equipo reduce riesgos.

Cierra este apartado con un chequeo de acceso por perfiles críticos y un test de borrado y revocación. Comprobar que puedes retirar accesos y que el dato deja de estar disponible es tan importante como activarlos.

Costes y licencias

Los modelos de coste difieren y conviene compararlos en una hoja simple. Copilot para Microsoft 365 se licencia por usuario y requiere ediciones compatibles de Microsoft 365, con detalles en planes y precios de Copilot. ChatGPT ofrece Plus, Team, Business y Enterprise, con precio por usuario y API facturada aparte; la información de producto y planes está en ChatGPT Team y ChatGPT Enterprise.

  • Copilot: piensa en usuarios intensivos de Outlook/Teams/Office. El valor aparece cuando hay muchos archivos en la nube corporativa y procesos documentales recurrentes.
  • ChatGPT: aporta amplitud para ideación, estandarización, documentación transversal y conectores. Puede cubrir a equipos sin M365 o complementar en entornos mixtos.
  • API: si planeas automatizaciones o integraciones personalizadas, presupuesta consumo de API aparte y establece límites por proyecto.

Cierra la estimación con una columna de personas objetivo y otra de no objetivo. Evitar licenciar a quien no lo usará es la forma más rápida de mejorar el ROI.

Cómo medir el ROI sin complicaciones

La decisión debe basarse en métricas sencillas, comparables entre herramientas y fáciles de obtener en una semana.

  • Finalización de tarea: porcentaje de correos procesados, actas listas o documentos borrador que pasan revisión a la primera.
  • Tiempo hasta el primer valor: minutos desde abrir la tarea hasta tener una salida utilizable.
  • Calidad percibida: una pregunta de 1 a 5 sobre claridad del resultado por parte del revisor.
  • Horas ahorradas: diferencia antes/después multiplicada por cadencia semanal.

Para cerrar el cálculo, usa una hoja con casos por rol, tiempo base, tiempo asistido y coste horario aproximado. Con dos semanas de datos ya puedes justificar si escala, itera o se detiene.

En resumen, alinea la elección con tu marco de seguridad, licencia a quien realmente lo use y decide con métricas mínimas. Con estos fundamentos, el resto del artículo puede centrarse en la adopción por entorno y el piloto corto para convertir hipótesis en resultados.

Guía de decisión por entorno

Elegir bien no es absoluto, es contextual. Define un asistente principal por flujo según dónde vive tu trabajo y cómo colaboráis. Estos tres escenarios cubren la mayoría de equipos y te ayudan a decidir sin solapamientos.

Si usas Microsoft 365 en todo el ciclo

Cuando el día transcurre en Outlook, Teams, Word, Excel y PowerPoint, prima la ayuda in-app y el respeto a permisos existentes.

  • Asistente principal: Microsoft Copilot para correo, reuniones, documentos, hojas y presentaciones dentro de la suite.
  • Complemento útil: ChatGPT para ideación transversal, creación de guías de estilo y estandarización de textos que luego pegarás en Office.
  • Acciones rápidas: comprueba que los archivos están en OneDrive/SharePoint, valida visibilidad del botón y acuerda usos permitidos con IT.

Con este enfoque reduces clics, mantienes trazabilidad y obtienes valor inmediato sin cambiar hábitos ni rutas de archivo.

Si tu entorno es mixto o multi-suite

En equipos que alternan herramientas, lo clave es evitar duplicidades y asignar el fuerte de cada uno.

  • Asistente principal por flujo: Copilot para lo que ocurre en aplicaciones Microsoft 365; ChatGPT para trabajo interfuncional que cruza fuentes, formatos y equipos.
  • Límites claros: define qué va al chat (borradores globales, resúmenes de investigación, plantillas), y qué se hace in-app (responder hilos, recap de Teams, aplicar temas en PowerPoint).
  • Gobierno ligero: una página interna con conectores aprobados, nombres de espacios y propiedad de contenidos.

Así cada herramienta brilla en su ámbito y el equipo sabe dónde empezar según la tarea, sin fricción ni “versiones paralelas”.

Si arrancas sin suite corporativa o con herramientas dispares

Cuando no hay un ecosistema dominante, conviene empezar por flexibilidad y hábitos antes de escalar.

  • Asistente principal: ChatGPT con espacios de equipo para centralizar conversaciones, adjuntos y conectores comunes.
  • Complemento futuro: si adoptas Microsoft 365, añade Copilot allí donde aporte velocidad in-app.
  • Primeros pasos: crea plantillas de tono, un glosario y un repositorio de prompts y ejemplos, y mide el uso por casos en lugar de por personas.

Este arranque te da tracción rápida, sin bloquearte por licencias o migraciones, y deja la puerta abierta a sumar Copilot cuando tenga sentido.

Plan de piloto en 7 días

El objetivo es decidir con datos cuál será tu asistente principal por flujo, sin interrumpir el trabajo. Este plan cabe en una semana, requiere un grupo pequeño (8–12 personas) y establece umbrales simples para escalar, iterar o cerrar.

Día 1: Preparación y criterios

Antes de tocar herramientas, define el alcance, quién participa y cómo medirás el resultado. Alinea expectativas entre negocio e IT y deja por escrito qué tareas se probarán.

  • Grupo piloto: 8–12 personas representando correo, reuniones, documentos, hojas y presentaciones.
  • Flujos: elige 4 microtareas (p. ej., resumir hilo, recap de reunión, primer borrador de documento, gráfico rápido).
  • Umbrales: finalización > 60 % y tiempo al primer valor < 60 s por tarea.
  • Instrumentación: hoja compartida con tiempos antes/después y una escala 1–5 de calidad percibida.

Con el terreno preparado, evitarás debates subjetivos al cierre y podrás tomar una decisión defendible.

Día 2: Microformación y guías de uso

Una sesión corta mejora la adopción y reduce errores. La clave es enseñar tres acciones por asistente y dejar una “chuleta” reusable.

  • Demostraciones: correo (resumen + borrador), reunión (recap), documento/hoja (primer borrador o fórmula).
  • Chuleta: 1 página con pasos, límites de uso y buenas prácticas de tono.
  • Gobierno: lista de conectores aprobados y qué no subir.

Con este material el equipo puede practicar sin fricción y con expectativas claras.

Días 3–4: Correo y reuniones

Empieza por donde más tiempo se pierde. Registra números y frases literales para dar contexto a los datos.

  • Correo: procesa 30 mensajes por persona con el asistente elegido; anota minutos por correo y si la respuesta salió a la primera.
  • Reuniones: valida que la recapitulación cubre acuerdos y tareas y que puedes compartirla sin edición larga.
  • Riesgos: anota casos donde el asistente inventa o omite puntos críticos y cómo lo corregiste.

Al final del día 4 deberías ver una reducción clara en tiempo y una mejora en consistencia.

Día 5: Documentos y presentaciones

Pon a prueba el arranque en frío y la capacidad de mantener coherencia de marca y de estructura.

  • Documento: genera un primer borrador desde un briefing; registra minutos hasta versión utilizable y cambios necesarios.
  • Presentación: crea un deck de 8–10 diapositivas; mide maquetación y necesidad de retoques de estilo.
  • Checklist: pide al asistente un resumen y una lista de pendientes para acelerar revisión.

Con esto verás el impacto real en la creación de materiales de trabajo.

Día 6: Hojas y análisis ligero

Evalúa la velocidad para obtener una primera lectura de datos, sin convertirlo en informe final.

  • Excel/Sheets: solicita fórmulas, tendencias y un gráfico inicial; registra correcciones manuales.
  • Sanidad de datos: valida resultados con una muestra pequeña y documenta supuestos.
  • Resultado: deja un breve comentario de claridad (1–5) por cada visual.

Este día te da señal sobre análisis exploratorio y explicabilidad.

Día 7: Revisión, métricas y decisión

Cierra el piloto con números y evidencia cualitativa. La decisión debe ser binaria por flujo: asistente principal, complemento o iterar.

  • Consolida: finalización, tiempo al primer valor, incidencias y 5 citas literales del equipo.
  • Decide: si superas umbrales, escala al siguiente anillo; si no, itera 1 semana sobre el mayor bloqueo y repite medición.
  • Entrega: informe de 1 página con qué probaste, qué ocurrió y qué harás ahora (más un enlace a ejemplos).

Con este ritual conviertes un experimento en una decisión objetiva y fácil de comunicar.

Tabla comparativa final

Esta tabla resume en un vistazo qué usar primero por flujo y dónde aporta más cada asistente. Úsala para alinear al equipo y evitar solapamientos en la adopción.

Dimensión Microsoft Copilot ChatGPT
Ubicación Dentro de Outlook, Teams, Word, Excel y PowerPoint con paneles in-app. App web y móvil con espacios de trabajo; el chat es el centro.
Fortaleza principal Contexto inmediato del archivo o reunión; menos clics y más trazabilidad. Exploración transversal: idear, estructurar, transformar y estandarizar.
Correo Resume hilos y genera borradores con permisos M365. Plantillas de tono y consolidación de información multi-fuente.
Reuniones Recapitulación en Teams con acciones y seguimiento nativo. Limpieza de transcripciones y resúmenes por audiencia fuera de la suite.
Documentos Borradores y reescritura en Word respetando estilos corporativos. Estructuras, variantes de voz y guías reutilizables por proyecto.
Hojas Sugerencias de fórmulas y patrones sobre libros en OneDrive/SharePoint. Explicación de fórmulas, datos de prueba y bocetos de análisis.
Presentaciones De Word a PowerPoint en minutos; notas del orador y temas. Narrativa, mensajes clave y esqueletos de deck exportables.
Seguridad Hereda gobierno del tenant de Microsoft 365. SSO, SCIM, roles y política de datos en planes de equipo/empresa.
Coste Licencia adicional por usuario sobre M365 compatible. Plus/Team/Business/Enterprise por usuario; API aparte.
Cuándo elegirlo Si vives en Microsoft 365 y quieres acelerar tareas in-app. Si necesitas un espacio transversal y conectores para orquestar trabajo.

En síntesis: define un asistente principal por flujo. Copilot brilla en lo que ocurre dentro de las apps de Microsoft 365. ChatGPT destaca cuando necesitas amplitud para pensar, transformar y estandarizar antes de llevar el resultado a tu suite.

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Conclusiones

Elegir entre Microsoft Copilot y ChatGPT no va de potencia abstracta, sino de contexto y flujo de trabajo. Cuando tu día transcurre en Microsoft 365, Copilot reduce clics porque aparece dentro de Outlook, Teams, Word, Excel y PowerPoint y respeta permisos y gobierno ya configurados. Si necesitas un espacio transversal para pensar, estandarizar y orquestar con conectores y archivos, ChatGPT aporta amplitud y una administración clara por equipos y roles.

La decisión más sólida nace de definir un asistente principal por flujo, medir con métricas simples (tiempo hasta el primer valor y tasa de finalización) y evitar solapamientos. Con un piloto de 7 días, una guía corta de uso y una política de datos clara, podrás demostrar ahorros reales en correo, reuniones y documentos, justificar licencias y escalar con criterio sin cambiar la forma de trabajar del equipo.

Bombilla

Lo que deberías recordar de Copilot vs ChatGPT

  • Decide por flujo, no por moda: asigna un asistente principal a correo, reuniones, documentos, hojas y presentaciones.
  • Copilot brilla in-app: si vives en Microsoft 365, reduce pasos y conserva trazabilidad dentro de las aplicaciones.
  • ChatGPT aporta amplitud: espacio de ideación y estandarización con conectores y control por equipos y roles.
  • Gobierno y seguridad: usa los controles del ecosistema donde ya están tus datos; documenta qué subir y qué no.
  • Coste con cabeza: licencia a quien realmente lo use y separa consumo de API si automatizas.
  • ROI simple: mide finalización y primer valor por flujo; revisa semanalmente para escalar o iterar.
  • Evita duplicidades: en entornos mixtos, Copilot para tareas in-app y ChatGPT para trabajo transversal.
  • Resultados visibles: con normas mínimas y un piloto corto, la IA pasa de promesa a productividad medible.
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