Equipos operativos de alto desempeño
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Armar un equipo de desarrollo potente requiere de algo más que talento; se necesita saber cómo integrar una mentalidad de producto para crear soluciones realmente fieles a las necesidades de los usuarios. ¿Quieres saber cómo lograrlo? A continuación, ¡te lo contamos!
Ahora que están tan de moda las Vision Pro, imagina que les pones unas a tu equipo de desarrollo.
Y que, con ellas, además de código, son capaces de ver cómo impactan cada una de sus decisiones y tareas en el usuario final y en el negocio.
¿Qué repercusiones podría tener?
No sabemos si saldrían con ellas a la calle, como ya está ocurriendo en Estados Unidos, pero de lo que sí estamos convencidos es que crearían productos mucho más acordes a las necesidades de los usuarios.
¿Te animas a comprar unas Vision Pro a tu equipo?
O mejor aún, ¿por qué no lees este post y descubres cómo hacer crecer equipos de desarrollo orientados a producto?
Te vas a ahorrar una pasta…
En primer lugar, ¿por qué hablamos de mentalidad de producto en estos equipos?
Los equipos de desarrollo son el corazón de todas aquellas empresas que crean soluciones tecnológicas para hacernos la vida más fácil.
Y precisamente, si el objetivo es hacernos la vida más fácil, lo ideal sería que estos profesionales se pusieran en la piel del usuario final para determinar las características y naturaleza del producto.
Sin duda, esto traería grandes ventajas para ambas partes: empresa y cliente.
Veamos qué más podemos destacar de todo esto.
Cuando un equipo de desarrollo integra la mentalidad de producto ocurren cosas. Estas son las más destacadas:
Ahora bien, ¿cómo se traduce todo lo anterior a beneficios?
La creación de equipos con una mentalidad de producto mejora la calidad de las soluciones desarrolladas y fomenta una cultura de trabajo colaborativo.
Para ello se necesita seleccionar a los mejores miembros del equipo y la creación de una visión colectiva que guíe sus esfuerzos.
Veamos uno a uno cómo abordar estos puntos.
FUENTE: https://hybridhacker.email/p/how-to-grow-product-minded-engineering
El proceso de reclutamiento y selección es determinante a la hora de formar equipos con una mentalidad de producto.
Para ello, es esencial buscar candidatos que posean algo más que las habilidades técnicas necesarias.
Aquí tienes algunos tips para reclutar a los mejores candidatos:
Una vez formado el equipo, el siguiente paso es alinear a todos sus miembros hacia una visión colectiva del producto.
¿Cómo se hace eso?
Llegados a este punto es importante resaltar que en un contexto donde la tecnología, el diseño, el marketing y el negocio deben trabajar de la mano, promover la colaboración interdisciplinaria, o la sinergia entre distintas áreas, es una necesidad.
Vemos cómo podemos hacerla realidad.
La colaboración efectiva entre equipos de diferentes áreas es esencial en el desarrollo de productos.
De hecho, los equipos que integran diversas habilidades y perspectivas pueden innovar y resolver problemas de manera más eficaz.
Así las disciplinas como desarrollo, diseño, marketing o ventas, trabajando en equipos pequeños sobre aspectos concretos del producto, permite equipos multifuncionales que consideran todas las perspectivas.
Para promover esta colaboración, implementar metodologías ágiles, como Scrum y Kanban, facilitan a los equipos una adaptación rápida a los cambios y el trabajo conjunto.
Por otro lado, organizar sesiones de brainstorming regulares, permite un espacio para compartir ideas y soluciones, promoviendo un ambiente de creatividad y cooperación.
Con todo, asegurar la colaboración interdisciplinaria pasa necesariamente por una comunicación clara y abierta.
Establecer canales de comunicación efectivos asegura que todos los miembros del equipo estén informados y puedan contribuir adecuadamente.
Los siguientes son algunos ejemplos:
La capacidad de innovar y mejorar continuamente es lo que distingue a los equipos de desarrollo de productos efectivos.
Al referirnos a la cultura de innovación no solo hablamos de la creación de nuevos productos, sino también de la mejora constante de procesos, herramientas y metodologías de trabajo.
Para ello es preciso enfocarse en la innovación y el feedback de los clientes.
La innovación y la experimentación son dos conceptos básicos en la cultura de cualquier equipo orientado al producto.
Esto implica fomentar un entorno donde la curiosidad, la creatividad y el riesgo controlado se permiten e incentivan.
Para ello se puede ofrecer a los miembros del equipo el tiempo y los recursos necesarios para investigar nuevas ideas, tecnologías y metodologías.
Además, los programas de mentoría y talleres de innovación pueden ayudarlos a desarrollar sus habilidades y a pensar de manera más innovadora.
Por ejemplo, con hackathons y concursos de innovación que estimulan la creatividad y el trabajo en equipo.
La recopilación y análisis constante del feedback de los usuarios permite a los equipos ajustar y mejorar el producto de manera continua, asegurando la satisfacción de las cambiantes necesidades y expectativas del mercado.
En este sentido, gestionar el flujo de trabajo y recopilar las opiniones y sugerencias de los usuarios puede ser de gran ayuda.
Para ello, existen herramientas de seguimiento y análisis que recogen el feedback de manera sistemática, como las plataformas Jira, Trello o Asana.
Además, realizar revisiones periódicas del producto y sesiones de retrospectiva facilita identificar áreas de mejora, celebrar los éxitos y aprender de los errores.
Sin duda, implementar una mentalidad de producto en los equipos de desarrollo no es una tarea sencilla.
Sin embargo, los siguientes casos de éxito han demostrado que es posible cambiar la forma en que se crean y mejoran los productos.
En este caso, la compañía adoptó el modelo de equipos multifuncionales: “squads”, “tribes”, “chapters”, y “guilds”.
El objetivo es fomentar la autonomía de los equipos, permitiéndoles tomar decisiones rápidas y estar más cerca de las necesidades de sus usuarios.
Esta estructura ha permitido a Spotify mantenerse innovador y responder con agilidad a los cambios del mercado, manteniendo al mismo tiempo una visión unificada del producto.
Amazon ha integrado la mentalidad de producto en su cultura empresarial a través de su conocida obsesión por el cliente.
La empresa utiliza un enfoque de trabajo hacia atrás, comenzando con la definición del comunicado de prensa y las preguntas frecuentes del cliente final antes de desarrollar el producto.
Esta “obsesión” hace que los equipos de desarrollo se enfoquen en crear soluciones que resuelvan problemas reales de los clientes, impulsando la innovación y la mejora continua del producto.
Netflix ha creado una cultura empresarial que promueve la libertad y la responsabilidad, permitiendo a sus equipos de desarrollo experimentar y aprender de sus errores.
La compañía anima a sus empleados a correr riesgos controlados en la búsqueda de innovaciones disruptivas, lo que ha resultado en una plataforma de streaming que constantemente se adapta y mejora basándose en el feedback de los usuarios.
Google permite que sus empleados utilicen hasta el 20% de su tiempo de trabajo en proyectos personales que puedan tener un impacto positivo en la empresa, apostando por la innovación continua y el empoderamiento de sus empleados para explorar nuevas ideas.
Este enfoque ha dado lugar a productos innovadores como Gmail y AdSense, demostrando el valor de fomentar la experimentación y la creatividad dentro de los equipos de desarrollo.
En definitiva, lo que de verdad distingue a los verdaderos pioneros tecnológicos, más allá de las habilidades de codificación, es la mentalidad de producto.
No se trata solo de nuevas herramientas o metodologías, el cambio consiste en cultivar un movimiento cultural que ponga la experimentación, el aprendizaje continuo y, sobre todo, las necesidades de los usuarios en el corazón de todo lo que hacemos.
En este sentido, si miramos hacia el futuro, veremos cómo se están perfilando los nuevos pilares de la innovación.
Por un lado, con la inteligencia artificial y el aprendizaje automático tomando parte del desarrollo de productos, y por otro la sostenibilidad y la responsabilidad social.
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