Futuro de Smart Contracts y Blockchain
En este taller conocerás el impacto real que está teniendo y va a tener Blockchain, con la implementación...
Descubre cómo la tokenización está revolucionando el ámbito de la formación, los beneficios que ofrece y el futuro de la educación gracias a esta tendencia, que afecta a la forma en que adquirimos, compartimos y validamos los conocimientos.
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¿Escuchas habitualmente eso de la “tokenización”? ¿Verdad que parece una buena idea que se aplica a los bienes inmuebles y otro tipo de negocios? Y entonces… ¿puede tener alguna aplicación en el ámbito de la formación?
En este artículo vamos a ver que no sólo puede aplicarse, sino que puede proporcionar algunos valores añadidos fundamentales en este ámbito de trabajo.
Ninguna escuela de formación, ya sea de tipo online o más “tradicional”, puede negar ya que está inmersa en un proceso de transformación digital (¡sólo por el hecho de negarlo, podrías estar fuera del mercado!).
Esta transformación digital implica dos cosas:
La tokenización viene justamente a sacar partido de los datos permitiendo ajustar la oferta y cumplir con estas nuevas exigencias de las personas que quieren formarse.
Un token no es un objeto tangible sino una representación digital de un derecho de explotación sobre algo; este derecho se representa de forma digital sobre un registro inmutable y distribuido, es decir, blockchain.
Esto implica que es fiable, es decir, que confiamos en el registro de cuántos tokens existen de cada bien, y quién tiene cada uno, por cómo funciona blockchain: si alguien quiere trampear o hackear la información, resumiendo mucho necesitaría una capacidad similar a poder modificar el contenido de más de la mitad de todos los ordenadores del mundo que participen en la blockchain; es decir, se considera imposible.
Actualmente, supongamos que una escuela vende cursos de 40 horas, divididos cada uno en 10 unidades de 4 horas cada una. El modelo de negocio típico consiste en que los alumnos compran estos cursos… como bloques completos, es decir, compran “el curso”.
Supongamos que un alumno compra un curso de Big Data… pero en la segunda unidad se da cuenta que no le está resultando útil, que no es de su interés. ¿Qué ocurre? Que compró el curso de 40 horas, y éste es el producto que tiene, tanto si ahora le interesa por completo como si no.
Así que, ¿qué tal si este mismo alumno compra un token por el cual tiene derecho a esas mismas 40 horas de formación… pero de unidades de cualquier curso? Veamos:
¿Verdad que parece también buena idea para la escuela, que así satisface mejor la necesidad concreta de cada caso, consiguiendo eso que tanto gusta de “hiperpersonalizar la solución, sin encarecerla”?
A continuación, destacamos algunos de los muchos beneficios que ofrece la aplicación de la tokenización en la formación.
Los tokens se almacenan en tecnología blockchain, por lo tanto, su información es inviolable gracias a su naturaleza distribuida (los datos se encuentran distribuídos en todos los bloques de la cadena), la imposibilidad de revertir las transacciones (la información contenida en los bloques es inmutable) y el uso intensivo de cifrado.
Y no sólo en cuanto a los tokens que representan los derechos de acceso a formación adquiridos por los estudiantes, sino también a la generación y almacenamiento de los títulos conseguidos.
En este curso sobre el ecosistema del blockchain puedes ver más a fondo cómo funciona esta tecnología.
Trazabilidad, y transparencia: son dos de las características que definen, precisamente, la tecnología blockchain:
Trazabilidad: cualquier persona (o empresa) que almacena sus datos (que pueden ser titulaciones, tokens o cualquier otro) en una red blockchain, dispone de trazabilidad completa de dichos datos, unida a su verificabilidad. Palabras que suenan complejas pero que, al fin y al cabo, significan que cualquiera que almacena su información en blockchain (en este caso tokens que representan derechos de formación), puede no sólo estar seguro de su integridad y de poder consultar y recuperar la información en todo momento, sino que además la puede exponer a quien desee, por ejemplo, escuelas de formación que compartan contenidos o derechos, o empresas que quieran buscar candidatos y necesiten asegurarse de manera objetiva sobre su formación verificada.
Transparencia: esos tokens, al mismo tiempo que no se perderán, son inmutables y transparentes… es decir, que un estudiante “malintencionado” no tiene posibilidad alguna de emitir nuevos tokens por sí mismo, o modificar otros ya existentes. Sólo las empresas que venden estos tokens pueden crearlos, y sólo a través de su adquisición llegarán a emitirse y almacenarse en blockchain.
Los tokens pueden sustituir a los a los certificados o diplomas educativos conseguidos, por la seguridad y la verificación que ofrecen; el máximo ejemplo sería el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), que tiene un sistema de almacenamiento distribuido de certificaciones académicas que multitud de universidades pueden comprobar, y se pueden rastrear por empresas que busquen incorporar profesionales en sus plantillas.
¿Verdad que, para el estudiante, todo esto resulta mucho más fácil e inmediato que presentar sus titulaciones cada vez que se las solicitan, caso a caso?
Y no sólo para los estudiantes: los profesores también generarán información verificable de su experiencia como formadores.
Así que estudiantes, formadores y escuelas ganan. Todas las partes ganan.
Como hemos comentado en el punto anterior, los tokens se almacenan en la red blockchain como representaciones digitales verificables de derechos de formación, y también de méritos o resultados.
Actualmente, la movilidad geográfica no deja de aumentar… ¿qué tal si el estudiante conserva sus derechos de formación cuando se traslada de país, sin tener que hacer ninguna otra gestión más que seguir accediendo a la formación (necesariamente online en este caso)? ¿qué tal si sus certificaciones académicas siguen siendo igualmente accesibles en cualquier país del mundo donde se dirija en busca de un puesto de trabajo, sin necesidad de más trámites administrativos para acceder a los mismos?
Esta posibilidad de verificación desde cualquier parte del mundo es un valor añadido crucial en un mundo globalizado, en el cual las personas se forman y trabajan al mismo tiempo que se mueven, especialmente la generación de nativos digitales.
El reto técnico en realidad ya está bastante superado, puesto que un token es gestionado por un smart contract, y esta tecnología corre precisamente sobre la red blockchain. Puedes leer más información al respecto en nuestro artículo sobre los smart contracts.
Por tanto, el reto es similar al que infinidad de otras industrias y empresas ya están llevando a cabo con éxito.
Una vez que la tecnología deja de ser una barrera, el paso a dar es apreciar la utilidad de la tokenización en la formación, y aplicarla progresivamente.
La mejor idea para una escuela no sería aplicarla de manera disruptiva en todo su programa de formación, sino introducir estos tokens de manera progresiva, que sus estudiantes aprecien su valor y aprovechen sus ventajas, aplicando esta idea progresivamente en cada vez más programas, temarios y titulaciones.
El aspecto crucial en este sentido es que exista una identidad digital tanto de las empresas de formación, como por supuesto del estudiante.
La identidad digital es necesaria para aportar confianza en las transacciones digitales, ya sea entre personas o entre empresas. Y si pensamos en una escuela 100% online, su relación puede ser de naturaleza únicamente electrónica con sus estudiantes y profesores… es decir transacciones en las cuales la única identidad y “realidad” que existe de los sujetos, es la digital.
Por lo tanto, es imprescindible disponer de esta identidad como habilitador de las actividades.
Esta identidad va mucho más allá que disponer de un certificado digital o un “usuario y contraseña”, estando compuesta por los atributos de identidad.
Estos atributos serán los que, para cada transacción, permitan la identificación unívoca: un certificado digital, un usuario/password, un pin, una firma digital, etc.
Estamos en proceso de definir y normalizar el significado legal de esta identidad digital.
La tendencia de aplicar la tokenización en la educación es creciente y además “imparable”, por la clara moraleja de que se trata de una gran idea de valor añadido para todas las partes, puesto que la trazabilidad, transparencia y seguridad que aporta significa confiabilidad para todas las partes:
El impacto tiene que ver con la libertad que los estudiantes pueden disfrutar: pasamos de la idea de “comprar un curso” a “comprar un derecho de acceso a conocimientos”. Así que elegir una formación no tiene por qué consistir simplemente en elegir un curso, con un temario ya propuesto por una escuela al cual te adhieres o decides rechazar.
Ahora, los estudiantes pueden “diseñar” sus planes de formación de una manera más libre, y quizá aún más importante, tienen la posibilidad de rectificar a tiempo: si una formación no tiene los contenidos esperados o no está resultando como se esperaba, puede redirigir su inversión hacia contenidos de nuevo motivantes.
Y, además, ¿quién no ha cambiado de necesidades formativas sin apenas previo aviso, por un cambio laboral? Ahora se podrá reaccionar a esto con facilidad.
Como ejemplos de plataformas y proyectos que utilizan la tokenización en la educación, tendríamos el MIT a gran escala, y TUT a una escala menor y más “cercana”.
Existen una gran cantidad de plataformas y soluciones tecnológicas para implementar la tokenización en la formación, y en cualquier otro ámbito como Solana, Skyflow, Stellar, Tezos, etc. En todo caso se trata de un desarrollo sobre tecnología blockchain en base a smart contracts.
Como ha ocurrido con la llegada de otras tecnologías disruptivas, en primer lugar, debemos plantearnos el valor de su aplicación, siendo un reto menor la elección de la herramienta concreta para su desarrollo.
Sea cual sea la herramienta, se trata de ofrecer a los estudiantes mucha más flexibilidad para sacar partido a su inversión en formación, adquiriendo derechos de formación flexibles, y no simplemente lotes de contenidos o temario fijos. Y, además, poder exponer sus logros de manera muy sencilla y transparente para reforzar su carrera profesional.
Se trata de una tendencia no sólo en auge en general en diferentes industrias y negocios, sino una iniciativa que a todas luces resulta interesante en el campo de la formación para escuelas, profesores, estudiantes y empresas que quieran aprovechar el valor de dicha formación.
Si como alumno has vivido el caso de arrepentirte de haber empezado una formación porque no era lo que esperabas o porque en el camino han cambiado tus necesidades; si eres una empresa de formación que quiere responder a la flexibilidad que exigen los estudiantes de hoy en día; o si eres una empresa que busca poder verificar y acelerar el proceso de búsqueda de los profesionales mejor formados… entonces la tokenización en la formación da respuesta a todos estos requisitos.
Por tanto, va a empezar a ser el presente, y muy especialmente el futuro a corto plazo en la formación.
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