Desarrollo del potencial y autoestima del equipo
Con la realización de este taller conocerás la disciplina positiva para las organizaciones, así como confeccionar equipos...
Identificar y evitar comportamientos tóxicos hará que tu equipo mantenga una actitud positiva, mejorando su productividad, motivación y bienestar.
Muchas veces, el trabajo puede resultar estresante y desafiante, lo que puede llevar a que algunas personas adopten actitudes tóxicas y negativas. En este artículo, aprenderás cómo identificar y evitar comportamientos tóxicos, y cómo mantener una actitud positiva en tu equipo de trabajo para mejorar la productividad, la motivación y el bienestar laboral.
Descubre con nosotros cómo mantener un ambiente laboral positivo y saludable en tus equipos. ¡Comencemos!
Es una realidad que, cada vez más, las empresas tienden a ser más flexibles con los horarios y las jornadas laborales, pero es indiscutible que, durante la semana, donde más tiempo empleamos es trabajando, suponiendo, en muchas ocasiones, sacrificar el que pasamos con nuestros amigos o familia.
Por esta razón, mantener una actitud positiva en tu día a día es esencial para sentirte a gusto en tu trabajo, ayudar a generar un buen ambiente y un clima laboral adecuado y, como consecuencia, sentirte más motivado.
Por supuesto, es mucho fácil decir que hay que ser positivos en el trabajo que encontrar elementos para logarlo de verdad. Hay días muy complicados en los que nos es muy difícil no ser negativos. Nos encontramos en numerosas ocasiones con situaciones de estrés que nos generan ansiedad y sensación de malestar: elevada carga de trabajo, managers autoritarios, personas sin ningún nivel de compañerismo, no sentir que tienes capacidad de crecimiento profesional… Si nos ocurre alguna de estas circunstancias nos conllevará a tener días malos en los que nos sintamos peor pero no debemos culpabilizarnos por ello, lo importante es saber levantarse y saber apreciar lo positivo de nuestro entorno laboral.
Lograr mantener una buena actitud en nuestro trabajo nos traerá muchos beneficios, no solo para nosotros mismos (si te sientes a gusto en tu trabajo trabajarás mejor) sino también de cara al resto de nuestros compañeros. La energía negativa se contagia y si propiciamos este tipo de ambiente todo el equipo se verá dañado. Por ello, antes de pasar a describir los consejos que te pueden facilitar el conservar la positividad en tu día a día, es interesante abordar una temática importante en este aspecto: las personas tóxicas.
Seguramente, en algún momento de tu vida profesional, te habrás topado con personas difíciles, compañeros que suelen dar problemas constantemente. Es difícil convivir con este tipo de personas ya que aportan una energía muy negativa que es difícilmente controlable y, por desgracia, esta energía acaba contaminando al resto del grupo.
El tener a una persona tóxica en tu grupo de trabajo genera consecuencias muy perjudiciales para todo el equipo, como el hecho de que la productividad baje. Cuando te encuentras con este tipo de personas en tu entorno laboral, correrás el riesgo de que te afecte de tal manera que pueda ocasionar que disminuya tu motivación y que afecte a tus relaciones con el resto de los compañeros. Esto último es bastante importante ya que las relaciones en el entorno de trabajo afectan enormemente a tu rendimiento y a tu bienestar. Todos nos sentimos más a gusto cuando trabajamos en un entorno agradable donde prima el compañerismo y el buen ambiente.
Por ello, lo primero que deberás hacer es saber identificar a este tipo de personas para alejarte de ellas y poner límites. Entre sus características principales, podemos encontrarnos las siguientes:
Siempre hablan desde la queja: su actitud es de lamentos constantes y, además, estas quejas siempre irán encaminadas hacia los demás, viéndose como una víctima. Nunca tendrá autocrítica ni sabrá reconocer sus propios errores.
Provocan sentimiento de rechazo hacia los demás: cuando tratamos con estas personas, nos sentiremos incómodos y con sensación de querer acabar la conversación cuanto antes. Tienen la capacidad de generar energía negativa de manera constante sobre los demás.
Originan conflictos: suelen ser personas que, por envidia o por inseguridad, critican y crean enfrentamientos entre otras personas.
No tienen compañerismo: no son nada solidarios con los demás compañeros y no se prestarán nunca a ayudar cuando sea necesario.
No les gusta su trabajo: es cierto que no todo el mundo tiene la suerte de poder trabajar en algo que le apasione, pero todo el mundo tiene razones para que pueda sentirse a gusto en su puesto. Sin embargo, estas personas, no encontrarán nada positivo y hará que acaben detestando sus funciones.
Carecen de proactividad: se muestran más bien pasivos ante cualquier circunstancia y nunca tomará activamente el control de nada.
Son manipuladores: siempre intentarán llevarte a su terrero y convencerte de su visión pesimista de las circunstancias.
Cuando nos encontremos a alguien así, es fundamental saber reconocerlo desde el principio para tomar medidas. Lo primero que habría que hacer es alertar del problema a tu mánager o a tus otros compañeros para intentar ayudarle y poder gestionarlo lo antes posible antes de que sea demasiado tarde.
Es principal saber mantener distancias e intentar que te afecte lo menos posible. Intenta enfocarte en otros elementos de tu trabajo que te generen más motivación y que ayuden a que tu ánimo no decaiga.
Una vez hemos repasado qué es una persona tóxica en el entorno laboral y cuáles son sus aspectos principales, debemos pasar a analizarnos a nosotros mismos y ver si nos sentimos reflejados en algunos de estos comportamientos. Si tenemos el valor de reconocerlo y detectarlo rápidamente, podremos poner soluciones. Si estamos yendo por este camino, difícilmente lograremos mantener una actitud positiva en nuestro equipo.
Si al leer las anteriores líneas no te has sentido identificado, es buena noticia. Para que tu energía positiva no decaiga y para que puedas tener salud mental en tu vida profesional, puedes seguir los siguientes consejos que podrán ayudarte a conseguirlo:
Potencia la asertividad: esto ayudará a mejorar tu capacidad de comunicación y a facilitar el respeto hacia otras personas. Además, es importante a la hora de aceptar nuestras áreas de mejora evitando así ponernos a la defensiva, ya que esto solo nos llevará a sentimientos de estrés y ansiedad.
Fortalece y trabaja la relación con tus compañeros: este aspecto es fundamental. Se ha demostrado que, incluso en puestos de trabajo cuyas funciones pueden resultar motivantes para el profesional, se han acabo marchando del mismo por no mantener una buena relación con los compañeros. Incluso, al contrario, muchas personas permanecen en sus trabajos por la buena relación con sus compañeros y por poder convivir en un ambiente laboral sano, a pesar de que el puesto en sí no sea de su mayor agrado.
Es muy importante acercarte a tus compañeros, crear un vínculo de confianza que te ayude a conocerlos mejor para poder conectar y hacer más agradable la relación. Cuando encuentres el momento, anima a hacer alguna actividad fuera del trabajo, esto ayudará a fortalecer lazos.
A través del siguiente taller podrás encontrar tips que pueden ayudarte en este punto: Comunicación en el equipo de trabajo
Evita los conflictos innecesarios: en muchas ocasiones, nos dejamos llevar por nuestros sentimientos y actuamos espontáneamente de una forma inadecuada ante una situación de crisis. Cuando nos encontremos en una situación así, lo mejor es intentar mantener la calma y pensar las cosas en frío. Esto no quiere decir que no elevemos nunca alguna circunstancia que no nos agrade o que nos genere malestar, pero es importante no dejarnos llevar por temas insignificantes que nos supongan enfados desproporcionados.
Busca nuevos retos: el hecho de que tu trabajo se convierta en monótono resulta frustrante y aburrido. Intenta siempre, en la medida de lo posible, establecerte nuevos retos y objetivos. Tener unos mismos objetivos durante un largo periodo de tiempo resulta muy desmotivador. Buscar nuevas metas no tiene por qué implicar un ascenso de puesto o de responsabilidades, siempre hay algo, dentro de nuestras funciones actuales, que podemos revisar y cambiar para hacerlo mejor.
Salir de la zona de confort cuesta trabajo cuando estamos cómodos, pero debemos intentarlo si queremos conseguir nuevos propósitos.
Desarrolla la proactividad: si ves alguna oportunidad de crecimiento en tu plan de carrera, no dudes en ser proactivo y hablar con tu responsable para pedirle feedback y para mostrarte con iniciativa para empezar a formarte o aprender algunas de las funciones del puesto.
Sé flexible: nos encontramos en un momento de cambio en todo lo que se refiere al entorno laboral y debemos intentar adaptarnos lo mejor posible a estos cambios. Poner de nuestra parte es un factor clave para conseguir la adaptación de manera eficaz y sin malas consecuencias.
Comprométete con tus responsabilidades: la satisfacción de hacer un buen trabajo es uno de los factores más motivadores que hay. Por ello, para lograr nuestros objetivos de forma eficiente es esencial que haya un compromiso individual por nuestra parte. Debemos esforzarnos en desempeñar bien nuestras tareas y en cumplir bien con los plazos y las entregas.
Aprende a decir que no: a muchas personas les cuesta ser sinceras y honestas ante sus managers y, en varias ocasiones, tienden a no dar su opinión o a expresar lo que verdaderamente sienten ante alguna circunstancia por miedo a la reprimenda o a una discusión. Saber alertar de riesgos y expresar tu opinión de forma asertiva es imprescindible para mantener un buen equilibrio mental. De forma contraria, hará que reprimas todos sus sentimientos y esto, a la larga, será peor. Algún día acabarás explotando y será de una forma mucho más perjudicial que diciendo las cosas en su momento y de una forma tranquila. Hay veces que debemos saber negarnos si vemos que lo que nos están encomendando no es viable o nos va a suponer un estrés adicional que va a acabar siendo dañino para nosotros y para la empresa.
Aprende a desconectar fuera de horario laboral: este factor es vital para conseguir la felicidad en el trabajo. Si, cuando acabamos nuestra jornada laboral, seguimos arrastrando los problemas hasta tal punto que nos acaba afectando a nuestra vida personal podremos llegar a un estado de burnout del que será difícil sobreponernos. Márcate unos límites, busca actividades que te ayuden a desconectar (deporte, encuentros con amigos o familia, actividades de relajación, leer libros…). Es importante estar comprometidos con nuestro trabajo, pero eso nunca nos debe suponer estrés y/o ansiedad. Debemos recordar que trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar. La felicidad se alcanza teniendo un equilibrio entre ambos.
Si intentas cumplir estos consejos, te estarás haciendo un favor a ti mismo ya que somos los primeros interesados en nuestra propia felicidad. El tener una actitud positiva te aportará muchos beneficios, entre los que podemos destacar los descritos a continuación.
Mantener una visión optimista en nuestro entorno laboral nos ocasionará muchos beneficios a medio y largo plazo. Entre los más importantes, podemos destacar los siguientes:
Reducción del estrés y ansiedad: este es el beneficio principal y más importante que debemos tener en cuenta para trabajar una actitud positiva.
La negatividad produce mucho estrés y esto puede acabar suponiendo problemas muy perjudiciales para nosotros mismos. Este tipo de actitud emana cuando la persona siente que su trabajo no tiene sentido y cuando no encuentra nada de valor en su puesto. Fomentar este tipo de actitud solo nos llevará a una situación de ansiedad que podrá afectarnos a la salud, física y psicológica.
La capacidad de poder asimilar las dificultades de nuestro entorno laboral de una forma constructiva nos ayudará a poder cumplir de manera más eficaz con nuestras tareas y nuestras obligaciones y esto nos hará sentirnos mejor en nuestro puesto de trabajo.
Fomento de un buen clima laboral: como hemos visto en el apartado anterior, el hecho de sentirte a gusto con tus compañeros y trabajar en un entorno sano, donde prima el compañerismo, es clave para sentirte bien en tu puesto de trabajo.
Ayuda a conciliar la vida personal y laboral: el hecho de poder relativizar los problemas del trabajo a través de una actitud positiva ayudará a no arrastrar estos problemas fuera del horario laboral y, por tanto, nos llevará a poder disfrutar mejor de nuestro tiempo libre.
La actitud es un factor clave a la hora de desempeñar tu trabajo diario. El mantener una actitud positiva te facilitará desempeñar mejor tu labor, mejorando tu productividad y, de esta forma, podrás cumplir mejor todas tus metas, aumentando así tu motivación.
No es sencillo reconocer que nos encontramos ante una situación de conducta negativa. Por ello, si queremos cambiar, lo primero que hay que llevar a cabo es un análisis de nosotros mismos y reflexionar sobre cómo nos sentimos en nuestro puesto de trabajo. Si no tenemos predisposición para cambiar las cosas será complicado tener un efecto diferente.
La actitud positiva es algo que se puede entrenar y está en nuestras manos el trabajarlo cada día para así lograr sentirnos mejor en nuestro trabajo.
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