
Ciberseguridad: Las habilidades clave que están emergiendo
¿Quieres destacar en un campo tan dinámico como la ciberseguridad? La respuesta está en desarrollar las habilidades que están emergiendo como esenciales...

¿Crees que conoces todas las amenazas que pueden atacar a tu empresa? Los honeypots avanzados no solo detectan ataques: atraen a los atacantes para analizar su comportamiento y extraer conocimiento útil para la defensa. Descubre cómo esta tecnología se puede convertir en tu aliada para anticiparte a los ciberataques y estudiar a tus oponentes con inteligencia real.
Hoy en día, los cibercriminales no descansan: buscan vulnerabilidades que explotar de forma automatizada y continua. Crackers, hacktivistas y amenazas persistentes avanzadas (APTs) pueden aprovechar cualquier fallo de seguridad para realizar intrusiones en los sistemas.
Las defensas clásicas, como firewalls y antivirus, ya no son suficientes para proteger a las empresas a nivel tecnológico, sino que se complementan con sofisticados sistemas.
Para contrarrestar estas amenazas avanzadas, son necesarias tecnologías proactivas que permitan anticiparse y reaccionar con rapidez, como los honeypots: herramientas inteligentes capaces de atraer y estudiar detalladamente a los atacantes sin poner en riesgo la seguridad real de las empresas.
En este artículo conocerás las principales características de los honeypots, cómo funcionan y cómo puedes aprovecharlos en tu empresa. También exploraremos las claves para implementar estos sistemas de forma eficaz, repasando algunas herramientas específicas.
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Un honeypot es una tecnología de ciberseguridad que consiste en sistemas o servicios diseñados específicamente para atraer ciberataques simulando ser parte de la infraestructura tecnológica de una empresa. Surgieron inicialmente en los años 90 como sistemas más simples estudiar técnicas básicas de intrusión. Con el gran aumento de ciberataques en la última década, los honeypots se han convertido en valiosas fuentes de recopilación de información para la comunidad de analistas de seguridad y equipos de respuesta a incidentes de ciberseguridad.
Para estudiar el comportamiento de los atacantes, utilizan como “cebo” aplicaciones y sistemas con vulnerabilidades para atraer a los cibercriminales y estudiar su comportamiento, así como las aplicaciones y malware que utilizan. Estos sistemas vulnerables expuestos actúan como señuelo para atraer a los atacantes lejos de los activos reales, permitiendo recopilar información detallada sobre cómo actúan y analizar sus tácticas y métodos sin poner en riesgo la infraestructura empresarial.
Los honeypots son clave por actuar como señuelos para los ciberdelincuentes, que escanean continuamente la red en búsqueda de sistemas a los que atacar. Permiten detectar actores maliciosos desde el primer momento en que interactúan, generando alertas tempranas y recopilando una gran cantidad de información de los atacantes que resulta de gran valor para protegerse. Dentro de un sistema completo de ciberseguridad, pueden ser la alarma que bloquee un intento de intrusión antes de que interactúe con la infraestructura real.
Desde el punto de vista empresarial, los honeypots juegan un papel importante en la reducción de riesgos y costes asociados a ataques informáticos. Al permitir detectar los atacantes interesados en tu infraestructura, las empresas pueden tomar medidas preventivas efectivas en sus sistemas y procedimientos, limitando potenciales daños. Además, la información recogida por los sistemas honeypot proporciona una base sólida para reforzar otras soluciones de seguridad, como firewalls, sistemas de detección de intrusiones (IDS), ofreciendo una estrategia integral y efectiva frente a los cibercriminales.
Debido al creciente número de ciberataques año tras año, cada vez son más necesarios los perfiles en ciberseguridad en las empresas. Si quieres aprender a proteger la información y los sistemas de tu organización frente a los cibercriminales, la Ruta formativa en ciberseguridad empresarial de OpenWebinars te enseñará a gestionar riesgos, aplicar criptografía y asegurar las redes para evitar brechas de seguridad.
No todos los honeypots son iguales, y elegir el adecuado depende del contexto y objetivos de seguridad de cada empresa. Conocer sus características es clave para tomar decisiones que se adapten al contexto real de la infraestructura.
Estos honeypots ofrecen una simulación limitada de servicios del sistema. Están diseñados para recopilar información básica sobre los atacantes, como direcciones IP y técnicas simples que se utilicen en el sistema señuelo. Simulan parcialmente servicios o aplicaciones para detectar ataques básicos como escaneos o intentos de intrusión automatizados. Son fáciles de implementar y mantener, aunque limitados en interacciones complejas y la información que recogen.
Son ideales para pequeñas y medianas empresas que necesitan soluciones efectivas con bajos costes operativos y menos exposición al riesgo.
Ofrecen una simulación completa de servicios reales, proporcionando a los atacantes un sistema con el que pueden interactuar como si se tratasen de una máquina en producción, pero sin poner la infraestructura en riesgo. Debido a su complejidad y realismo, requieren mayores recursos y mantenimiento, siendo los de este tipo más habituales en grandes organizaciones.
La gran ventaja de los honeypots de alta interacción es la cantidad y detalle de los datos que se obtienen de los atacantes, permitiendo registrar ejecuciones maliciosas, cargas de malware y técnicas de persistencia.
Esta información es de gran utilidad para los equipos de IT de las empresas, así como para los analistas de seguridad y equipos de respuesta ante incidentes de ciberseguridad (CSIRT). Gracias a esta información se pueden detectar nuevos programas maliciosos, campañas de ransomware y nuevos tipos de ataques en los sistemas.
Las honeynets son redes compuestas por múltiples honeypots de alta interacción que simulan infraestructuras completas, proporcionando un escenario extremadamente realista donde se recoge toda la información posible de los atacantes.
Esto facilita la observación detallada de técnicas avanzadas y patrones de ataque utilizados, resultando crucial para la investigación de campañas de ciberataques y análisis forenses, entre otros. Permiten detectar ataques coordinados, movimientos laterales y estudiar el comportamiento del atacante en un entorno controlado. Existen herramientas como T-Pot, que integran múltiples honeypots en una sola plataforma de gestión.
Con la aparición de la nube y su gran uso por parte de las empresas, también han aparecido honeypots diseñados para entornos como AWS, Azure o Google. Su flexibilidad y facilidad para desplegarse los hacen especialmente atractivos para organizaciones con entornos híbridos o 100% en la nube. Estos honeypots ayudan a mejorar la visibilidad en un entorno donde muchas veces es más difícil detectar amenazas.
Se despliegan rápidamente, escalan con facilidad y permiten comprobar, por ejemplo, si una configuración incorrecta está siendo explotada por atacantes externos.
Los honeypots se basan en tres pilares: la recolección del tráfico malicioso, la capacidad de engañar al atacante, y el posterior análisis de los datos recopilados.
Uno de los aspectos más valiosos de los honeypots de alta interacción es su capacidad para registrar absolutamente todo lo que ocurre cuando un atacante interactúa con ellos. Todo queda registrado con una precisión que pocas soluciones pueden igualar. Al recoger cada acción realizada por los atacantes, estos sistemas proporcionan información detallada sobre IPs, patrones de comportamiento y técnicas emergentes utilizadas en los ataques.
Este nivel de detalle permite no solo detectar amenazas en tiempo real, sino también construir una base sólida de inteligencia que puede alimentar otras herramientas de ciberseguridad, como plataformas SIEM, firewalls o soluciones EDR.
La fortaleza principal de los honeypots avanzados radica en su capacidad para engañar y manipular a los atacantes. Cuanto más tiempo interactúen con el sistema antes de darse cuenta de que se trata de un honeypot, más información se recopila. Estas herramientas utilizan técnicas de engaño para construir entornos falsos que parecen reales: desde servicios abiertos a aplicaciones supuestamente vulnerables con datos falsos, todo está diseñado para que el atacante caiga en la trampa.
Al presentar servicios y aplicaciones vulnerables, los ciberdelincuentes pierden tiempo y recursos atacando estos sistemas simulados, mientras las defensas reales se nutren de esta información y se pueden reconfigurar dinámicamente.
La recopilación y análisis detallado de los datos obtenidos por los honeypots permite realizar análisis sobre ataques recibidos. Esto ayuda no solo a responder adecuadamente a un ataque concreto, sino también a reforzar las defensas para futuros intentos de intrusión, adaptando y actualizando constantemente las medidas preventivas.
Este proceso permite realizar identificar nuevas técnicas de ataque y actualizar las políticas de seguridad con información real y procesada, no solo con datos. Además, pueden correlacionarse con otras fuentes y flujos de eventos mediante herramientas SIEM o plataformas de orquestación, automatización y respuesta de la seguridad (SOAR), mejorando la capacidad de respuesta ante incidentes a un nuevo nivel.
Implementar honeypots en una organización no consiste solo en instalar software y esperar resultados. Para que realmente aporten valor, deben formar parte de una estrategia bien definida, alineada con los objetivos de seguridad de la empresa.
Su uso debe ir acompañado de una planificación clara: ¿Qué tipo de atacante se quiere atraer? ¿Qué comportamiento se desea observar? ¿Qué tipo de datos se quieren capturar? Responder a estas preguntas permite ajustar el tipo de honeypot, su configuración y su posición dentro de la red.
A la hora de elegir una herramienta, es importante tener en cuenta tanto los objetivos como el entorno en el que se va a desplegar. No todas las soluciones sirven para lo mismo, ni requieren el mismo nivel de conocimientos o mantenimiento.
Dependiendo de las necesidades, se puede utilizar un tipo de honeypot distinto. A continuación, mencionaremos algunos honeypots que pueden ser implementados:
Honeypots de baja interacción:
Honeypots de alta interacción:
La eficacia de un honeypot depende en gran medida de su ubicación dentro de la red. No todos los entornos requieren el mismo enfoque, por lo que es clave distinguir entre honeypots desplegados en zonas expuestas y aquellos integrados en redes internas. En entornos expuestos, como zonas DMZ o servicios accesibles desde Internet, los honeypots deben estar correctamente segmentados y aislados para evitar que una explotación exitosa se convierta en una puerta de entrada hacia la red interna o pueda producir un movimiento lateral. En este tipo de ubicaciones es donde más se aprovecha para detectar escaneos automatizados y ataques masivos.
Por otro lado, en segmentos de redes internas, los honeypots pueden actuar como trampas colocadas en segmentos donde no debería haber cierto tipo de tráfico. Son muy útiles para detectar descubrimientos por intrusos o malware, movimientos laterales o accesos no autorizados tras una brecha inicial. Deben configurarse para simular servicios comunes, como recursos compartidos o bases de datos.
En ambos casos, lo fundamental es evitar que el honeypot tenga acceso directo a sistemas críticos o información sensible. La segmentación de red, las reglas de firewall y la monitorización activa deben asegurar que cualquier interacción con el honeypot sea controlada y útil para la detección de amenazas.
Es crucial mantener actualizados los sistemas honeypot, integrarlos con soluciones SIEM para su monitorización continua y capacitar regularmente al personal técnico en la interpretación precisa de los datos recopilados, para obtener resultados óptimos. Algunos consejos para mantener los honeypots útiles y fáciles de mantener:
En entornos corporativos, la implementación de honeypots aporta beneficios que van desde la reducción de ataques hasta la mejora de la colaboración con otras organizaciones mediante el intercambio de información.
Uno de los usos más eficaces de los honeypots es su capacidad para generar alertas precisas en etapas tempranas del ciclo de ataque. Cuando se integran con firewalls que utilizan listas de direcciones externas dinámicas (EDLs) o con plataformas SIEM/SOAR, permiten detectar y bloquear IPs maliciosas y correlacionar eventos en tiempo real.
Por ejemplo, una empresa puede notar un escaneo en su red a través de las alertas del firewall. En lugar de activar inmediatamente todos los protocolos de emergencia, puede desplegar un honeypot que simule un servidor vulnerable. Si los ciberatacantes cae en el señuelo, se obtiene evidencia clara y se activan contramedidas con mayor precisión y rapidez.
Los honeypots permiten capturar muestras reales de malware en condiciones controladas.
Por ejemplo, una organización puede simular una infraestructura antigua conectada a la red pública. Si un atacante realiza una intrusión y utiliza su malware para intentar explotar alguna vulnerabilidad o realizar movimientos dentro de la red, podrá ser recopilado y ejecutado en un entorno aislado (sandbox) para observar su comportamiento, identificar indicadores de compromiso y extraer patrones que puedan compartirse con otras herramientas de ciberseguridad.
Además de detectar ataques concretos, los honeypots permiten identificar patrones y analizar cómo evolucionan las tácticas y técnicas utilizadas por los atacantes en distintas regiones o sectores. Esta información permite tomar decisiones estratégicas y anticiparse a amenazas como campañas de ransomware o APTs.
Además, la información recogida puede integrarse en plataformas de ciberinteligencia de amenazas (CTI) y compartirse con otros equipos de ciberseguridad para mejorar la resiliencia colectiva.
Utilizar honeypots no es solo una mejora técnica de la seguridad, sino una declaración de intenciones: la empresa no espera a ser atacada, se adelanta y toma una postura proactiva frente a los ciberataques. Gracias a la gran cantidad de información que pueden recoger de actores maliciosos, los honeypots avanzados pueden resultar una pieza clave en cualquier estrategia de defensa moderna. Aportan información de tendencias de ataque y permiten estudiar al adversario sin comprometer la infraestructura de producción real.
En un entorno donde los ciberataques son cada vez más complejos, su valor no está solo en detectar amenazas, sino en cómo transforman esa información en conocimiento útil para todo el ecosistema de ciberseguridad empresarial. Al integrarse con firewalls, SIEM o plataformas de threat intelligence, los honeypots permiten automatizar respuestas, afinar alertas y reducir falsos positivos.
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