Qué es Serverless, ventajas y servicios
En este artículo vamos a profundizar en Serverless, explicando qué es, las ventajas aporta y los principales servicios a día de hoy...

La adopción de arquitecturas serverless y contenedores ha transformado la forma en que se despliegan y ejecutan aplicaciones en la nube, pero también ha introducido riesgos que no existían en modelos tradicionales. Los equipos deben proteger cargas efímeras, flujos altamente distribuidos y límites de seguridad que ya no son tan visibles como antes. En este artículo analizamos los nuevos puntos ciegos de seguridad en estos entornos y qué implicaciones tienen para las organizaciones que operan con arquitecturas cloud-native.
Tabla de contenidos
Las arquitecturas serverless y basadas en contenedores han acelerado el desarrollo y despliegue de aplicaciones, pero también han introducido patrones operativos que cambian por completo el enfoque de la seguridad. Las cargas pasan a ser efímeras, los límites se vuelven difusos y buena parte del runtime queda fuera del control directo de los equipos.
Esto obliga a replantear cómo se detectan amenazas, cómo se protege la cadena de suministro y qué mecanismos permiten mantener integridad en entornos altamente distribuidos.
En muchos equipos persiste la sensación de que la nube abstrae la mayoría de riesgos, cuando en realidad solo los desplaza. Las plataformas automatizan parte del trabajo, pero esa automatización también crea puntos ciegos que los atacantes aprovechan: componentes que viven milisegundos sin quedar registrados, configuraciones por defecto inseguras o imágenes que llegan a producción sin verificación.
En este contexto, la seguridad ya no es una capa añadida, sino un componente estructural del diseño y operación de aplicaciones cloud-native.
Este artículo analiza los retos modernos de seguridad en serverless y contenedores, y muestra por qué los enfoques tradicionales son insuficientes.
A partir de ahí, exploramos qué prácticas permiten recuperar visibilidad, reforzar la cadena de suministro y adaptar la seguridad al ritmo y naturaleza de estas arquitecturas.
La seguridad cambia porque el modelo de ejecución deja de ser persistente y pasa a ser efímero, distribuido y altamente automatizado. En un entorno clásico, los equipos controlan servidores, sistemas operativos y ciclos de vida largos. En serverless y contenedores, gran parte del runtime está abstraído por la plataforma y se ejecuta durante segundos o milisegundos. Esto reduce superficie tradicional, pero crea nuevas zonas donde las amenazas pueden aparecer sin dejar trazas.
Además, la seguridad pierde puntos de anclaje tradicionales. Las herramientas basadas en agentes, escaneos periódicos o inspección del host funcionan peor cuando las cargas desaparecen tan rápido como aparecen. La visibilidad parcial se convierte en un desafío continuo, y obliga a repensar mecanismos de auditoría, monitoreo y detección. La seguridad debe acercarse al código, al pipeline y a la plataforma, no al servidor.
Las aplicaciones ya no residen en una máquina concreta; se reparten en funciones event-driven, pods que rotan constantemente y servicios que se regeneran cuando cambia una imagen. Cada despliegue genera nuevas identidades, rutas internas y eventos que pueden abrir vectores de ataque si no se controlan. La superficie de ataque se vuelve más dinámica y menos intuitiva, lo que requiere vigilancia continua y automatizada.
El carácter efímero también significa que un ataque puede producirse y desaparecer antes de que las herramientas tradicionales lo detecten. Esto obliga a capturar señales mínimas pero relevantes: permisos usados, llamadas inesperadas o patrones anómalos en tiempo real.
Cuando el runtime pertenece a la plataforma y no al equipo, muchos controles de seguridad se vuelven inaccesibles. No es posible instalar agentes profundos, ajustar kernels o modificar reglas del sistema operativo. La protección debe basarse en políticas declarativas, aislamiento fuerte y validación de integridad. La seguridad pasa de ser una operación manual a ser un proceso automatizado y definido desde desarrollo.
Esta pérdida de control directo también evidencia la importancia de entender qué capacidades de seguridad ofrece la plataforma y cuáles debe asumir el equipo. No todos los proveedores ofrecen el mismo nivel de aislamiento o trazabilidad, y estas diferencias impactan directamente en la postura de seguridad.
En estas arquitecturas, la seguridad ya no se aplica al final: se construye en la plataforma. Esto incluye controladores que verifican configuraciones, políticas que bloquean despliegues inseguros, escaneos automáticos y validación continua de identidad. La plataforma se convierte en un filtro que evita que errores, malas prácticas o imágenes comprometidas lleguen al entorno de ejecución.
Este enfoque transforma la seguridad en un componente emergente: surge de políticas coherentes, automatización y controles distribuidos. Sin este diseño de base, la seguridad se vuelve reactiva y el equipo pierde capacidad de anticiparse a ataques antes de que ocurran.
El avance hacia arquitecturas cloud-native ha desplazado riesgos que antes eran evidentes hacia lugares menos visibles. El aislamiento aparente del contenedor o de la ejecución serverless genera una falsa sensación de seguridad que oculta amenazas reales: componentes efímeros, rutas internas complejas y configuraciones que cambian con cada despliegue. Estos puntos ciegos no solo dificultan la detección, sino que permiten que ataques breves pero efectivos pasen desapercibidos.
Además, la naturaleza distribuida del sistema hace que los incidentes rara vez se presenten como fallos únicos. Suelen manifestarse como pequeños comportamientos anómalos que los equipos tardan en interpretar porque la observabilidad clásica no captura bien ejecuciones que duran segundos o que se regeneran constantemente. Por eso es fundamental identificar dónde están realmente los vacíos de visibilidad.
Las cargas efímeras, tanto funciones serverless como pods de corta vida, dejan muy poca huella para auditorías posteriores. La ausencia de logs persistentes, identidades estables o métricas continuas complica la reconstrucción de eventos y dificulta detectar patrones de comportamiento malicioso.
A nivel operativo, estos son los riesgos que aparecen con mayor frecuencia:
Sin mecanismos de trazabilidad mínima, los ataques pueden durar milisegundos y aun así comprometer credenciales, datos o rutas internas.
Muchas plataformas cloud-native funcionan con configuraciones predeterminadas que priorizan la simplicidad sobre la seguridad. En Kubernetes, permisos excesivos en ServiceAccounts o políticas de red demasiado abiertas son puntos de entrada comunes. En funciones serverless, la exposición indebida de triggers o la falta de validación en eventos externos generan escenarios de alto riesgo.
La siguiente tabla resume algunos de los puntos ciegos más habituales y cómo se manifiestan:
| Entorno | Punto ciego típico | Consecuencia operativa |
|---|---|---|
| Kubernetes | Permisos excesivos, políticas de red abiertas | Movimiento lateral y escalación de privilegios |
| Serverless FaaS | Triggers mal expuestos o falta de validación | Ejecuciones no autorizadas o carga maliciosa |
| API Gateways | Reglas demasiado amplias | Entrada de tráfico no controlado y rutas inseguras |
| Contenedores | Imágenes con dependencias no auditadas | Vulnerabilidades que llegan al runtime sin detección |
Comprender estas configuraciones es esencial para implementar controles que bloqueen comportamientos inesperados antes de que alcancen producción.
La cadena de suministro de software se convierte en una superficie de ataque aún mayor cuando cada despliegue genera nuevas imágenes, capas y paquetes. Un contenedor comprometido o una dependencia adulterada pueden propagarse con rapidez por todo el entorno, especialmente cuando los equipos confían en repositorios públicos sin validación continua. Para los equipos que trabajan con pipelines basados en contenedores, formaciones como la Ruta Desarrollo con Docker ayudan a reforzar criterios de empaquetado seguro y prácticas de construcción más robustas.
En estos sistemas, el riesgo aumenta por tres factores: volumen de dependencias, velocidad de despliegue y falta de revisión manual. Si una imagen vulnerable entra en el pipeline, llegará a producción más rápido que en arquitecturas tradicionales, dejando muy poco tiempo para detectarla o detenerla.
La cadena de suministro es hoy uno de los vectores más explotados en ataques contra plataformas cloud-native. Imágenes, dependencias, bibliotecas y artefactos pasan por múltiples etapas antes de llegar a producción, y cada una introduce riesgo si no existe un control continuo. El volumen de componentes, unido a ciclos de despliegue muy rápidos, hace que un fallo en cualquier punto pueda propagarse de manera silenciosa a todo el entorno.
Proteger la cadena de suministro requiere asumir que ningún componente debe entrar en producción sin verificación. Esto implica políticas de firma, escaneo continuo, aislamiento del pipeline y controles de integridad que operen de forma automática. Estas prácticas son especialmente relevantes en despliegues sobre Kubernetes, donde cada cambio de imagen genera nuevas superficies de riesgo. La Ruta Desarrollador con Kubernetes refuerza estos conceptos al abordar cómo se gobierna de forma segura la construcción, distribución y ejecución de cargas cloud-native.
Las imágenes de contenedor y los paquetes utilizados por funciones serverless pasan por repositorios públicos, internos y externos. Cada salto es una oportunidad para introducir vulnerabilidades. El uso de firmas criptográficas, escaneos en cada etapa del pipeline y validación en tiempo de ejecución garantiza que el contenido no haya sido modificado.
Para clarificar qué controles aplican y en qué fase, la siguiente tabla resume buenas prácticas y su impacto:
| Etapa del pipeline | Riesgo principal | Control recomendado |
|---|---|---|
| Descarga de dependencias | Paquetes adulterados o vulnerables | Escaneo automático y bloqueo de versiones inseguras |
| Construcción de imágenes | Inyección de código o capas no verificadas | Firma de imágenes y control de integridad |
| Registro y almacenamiento | Reemplazo de imágenes o tags maliciosos | Políticas de acceso restrictivas y verificación de firma |
| Despliegue | Ejecución de artefactos no validados | Validadores en el cluster o plataforma para rechazar imágenes no firmadas |
Estos controles eliminan rutas silenciosas que los atacantes aprovechan cuando la velocidad del pipeline supera a la supervisión manual.
Aplicar un enfoque zero trust en la cadena de suministro implica no confiar en ninguna etapa sin verificación explícita. Cada proceso del pipeline debe requerir autenticación fuerte, permisos mínimos y validación de integridad. Esto evita que una clave comprometida, una cuenta interna mal configurada o un servicio externo adulterado contaminen la cadena.
Los controles zero trust reducen la superficie de ataque acumulada por pipelines complejos y automatizados. Cuando cada paso verifica el siguiente, el movimiento lateral dentro del pipeline se vuelve mucho más difícil para un atacante.
Para evitar que código vulnerable o adulterado termine en ejecución, el equipo debe establecer un conjunto de mecanismos obligatorios que funcionen sin intervención manual. Entre ellos destacan:
Estos mecanismos garantizan que la seguridad no dependa de revisiones puntuales, sino de procesos consistentes que se ejecutan en cada despliegue, incluso cuando la velocidad del desarrollo es elevada.
La ejecución en serverless y contenedores introduce riesgos que no se manifiestan en fases anteriores del ciclo de vida. Los contenedores pueden desviarse del comportamiento esperado, las funciones pueden recibir eventos no previstos y los servicios internos pueden convertirse en vectores de ataque. La clave está en aplicar controles que operen mientras la carga se ejecuta, incluso aunque viva solo unos milisegundos. La mitigación efectiva combina aislamiento fuerte, verificaciones en tiempo real y trazabilidad mínima.
El objetivo no es capturar todo el comportamiento, sino asegurar que la ejecución respeta permisos mínimos, integridad del entorno y comportamiento esperado. Un sistema que detecta desvíos de patrón o baja confianza en la ejecución permite bloquear amenazas antes de que afecten al resto del entorno.
El principio más sólido en entornos cloud-native es reducir el impacto de cualquier comportamiento inesperado. Para ello, los contenedores deben ejecutarse con privilegios mínimos, capacidades reducidas y sin acceso directo al host. En serverless, las funciones deben tener permisos específicos, no roles amplios compartidos con otros servicios.
Estos mecanismos limitan la superficie que un atacante puede explotar si consigue ejecutar código malicioso. Cuanto más reducido es el entorno, menor es la posibilidad de pivotar hacia otros servicios o manipular recursos internos.
El runtime attestation permite validar que la carga que está ejecutándose es exactamente la que se desplegó: misma imagen, mismas capas, sin modificaciones en memoria. Este control evita la ejecución de contenedores adulterados o funciones manipuladas en tránsito. También actúa como primera alerta ante comportamientos claramente anómalos.
La siguiente tabla resume controles comunes de detección en tiempo de ejecución y qué riesgo mitigan:
| Control de ejecución | Qué detecta | Riesgo mitigado |
|---|---|---|
| Validación de integridad (attestation) | Alteraciones de imagen o memoria | Ejecución de código adulterado |
| Detección de llamadas inusuales | Uso de APIs o rutas no esperadas | Movimiento lateral o abuso de permisos |
| Monitoreo de patrones temporales | Frecuencia anómala de ejecuciones | Ataques event-driven o loops maliciosos |
Estos controles aportan una visibilidad mínima pero crítica, suficiente para detectar comportamientos fuera de patrón sin depender de auditorías posteriores.
Las cargas efímeras deben dejar suficiente rastro para que los equipos puedan reconstruir eventos y detectar incidentes, aun cuando la carga desaparezca rápidamente. Esto requiere registrar lo esencial: identidades utilizadas, eventos de acceso y comportamientos que se salgan de parámetros esperados. No se busca registrar todo, sino capturar señales que permitan interpretar qué ha ocurrido.
Para lograrlo, los equipos suelen aplicar:
Esta telemetría ligera permite a los equipos tomar decisiones informadas sin saturar el sistema ni añadir latencia innecesaria.
En entornos cloud-native, la seguridad no puede depender de revisiones puntuales ni de controles aplicados al final del proceso. La velocidad del desarrollo, unida a la naturaleza efímera de las cargas, exige que los mecanismos de protección estén presentes en cada fase del ciclo de vida. La seguridad se convierte en una propiedad de la plataforma y no en una tarea manual que los equipos activan bajo demanda.
Además, la automatización es imprescindible. Sin políticas declarativas, validadores automáticos y escaneos integrados en los pipelines, la seguridad se convierte en un cuello de botella que frena despliegues o genera inconsistencias. Integrar la seguridad en la plataforma permite que cada despliegue pase por los mismos controles, garantizando homogeneidad incluso cuando aumenta el ritmo de entrega.
Las plataformas modernas dependen de mecanismos automáticos que verifican configuración, comportamiento y contenido. La automatización garantiza que cada ejecución se revise sin depender del equipo de seguridad, que raramente puede seguir el ritmo de despliegues diarios. Esto implica tener reglas declarativas, controladores que bloqueen configuraciones inseguras y verificaciones de integridad integradas en el pipeline.
Los equipos que automatizan la seguridad consiguen reducir errores humanos, aumentar consistencia y detectar desviaciones de configuración antes de que lleguen a producción. La automatización no sustituye la supervisión, pero permite que la supervisión se enfoque en escenarios complejos y no en revisiones rutinarias.
El enfoque declarativo introduce reglas claras sobre cómo debe comportarse la infraestructura. En Kubernetes, los admission controllers y validadores permiten rechazar despliegues que no cumplen políticas mínimas, como límites de recursos, privilegios reducidos o requisitos de firma de imágenes. En serverless, las políticas controlan permisos, eventos aceptados y ajustes de entorno.
La clave está en que la seguridad no se implemente como acciones manuales, sino como intenciones declaradas que la plataforma evalúa de forma automática. Esto reduce variabilidad, garantiza coherencia y ayuda a que las medidas de seguridad se mantengan incluso cuando los equipos crecen o cambian.
La coordinación entre equipos es un requisito fundamental. Dev necesita contexto de seguridad para diseñar funciones y contenedores; Sec debe traducir riesgos en políticas claras; y Ops debe garantizar que las plataformas aplican dichas políticas de forma consistente. Sin coordinación, los equipos bloquean despliegues o generan excepciones que erosionan la seguridad.
La tabla siguiente resume cómo se distribuyen responsabilidades en un modelo maduro:
| Área | Responsabilidades clave | Resultado esperado |
|---|---|---|
| Dev | Definir dependencias, empaquetado y permisos mínimos | Imágenes seguras y funciones con alcance limitado |
| Sec | Establecer políticas, riesgos y controles obligatorios | Controles coherentes y alineados con el nivel de riesgo |
| Ops | Asegurar que la plataforma aplica políticas y automatización | Despliegues consistentes y controlados en todas las fases |
Esta coordinación garantiza que la seguridad no frene la velocidad, sino que se integre en ella de forma natural y sostenible.
La seguridad en serverless y contenedores exige un enfoque completamente diferente al de los sistemas tradicionales. La velocidad del pipeline, la naturaleza efímera de las cargas y la pérdida de control directo del runtime obligan a que la seguridad sea una propiedad estructural de la plataforma, no un conjunto de controles aislados. Los equipos que no ajustan su modelo mental a esta realidad generan puntos ciegos donde los ataques pueden producirse sin dejar apenas rastro.
Los mecanismos más eficaces combinan automatización, políticas declarativas y controles de integridad en cada fase del ciclo de vida. Esta visión coincide con enfoques reconocidos como el Cloud Native Security Whitepaper de la CNCF, que describe cómo proteger arquitecturas distribuidas y automatizadas. Para equipos que buscan consolidar prácticas de automatización segura en pipelines y plataformas, la Ruta Especialista en Automatización DevOps ofrece un marco práctico y orientado a la integración continua de controles de seguridad.
También te puede interesar
En este artículo vamos a profundizar en Serverless, explicando qué es, las ventajas aporta y los principales servicios a día de hoy...

Durante este taller aprenderás a administrar funciones informáticas sin servidor de los servicios de Azure, tales como Azure...

Aprende ahora Serverless de 0 a 100. La arquitectura que te permitirá desarrollar y operar una aplicación en...

Con este curso de Kubernetes para desarrolladores aprenderás a desarrollar aplicaciones para ser ejecutadas en el orquestador de...
