Robótica y Hardware

Concepto de gestión de dispositivos IoT en entornos empresariales

El Internet de las Cosas (IoT) es como una gran red de objetos físicos de todo tipo (o “cosas”), como neveras, bombillas o termostatos, se conectan entre ellos gracias a Internet. Estos objetos tienen sensores y programas que les permiten “hablar”, compartir información y trabajar juntos para hacernos la vida más fácil. Por ejemplo, una cafetera que empieza a preparar el café cuando tu despertador suena.

¡Eso es IoT!

Aunque la gestión de dispositivos IoT en las empresas es mucho más que conectar aparatos a internet.

En el caso de las empresas, saber gestionar correctamente sus dispositivos no solo ayuda en las tareas simples como regular la iluminación o monitorear una oficina en tiempo real, sino que se convierte en una herramienta muy poderosa para optimizar operaciones. Por ejemplo, en áreas como en un almacén donde los dispositivos IoT pueden rastrear el inventario automáticamente (no como Amazon Go), o una planta de producción donde las máquinas detectan cuándo necesitan mantenimiento antes de que se averíen, evitando costosos tiempos de inactividad.

Aquí es donde entra en juego la gestión de estos dispositivos. Tener muchas cosas conectadas es genial, pero… ¿cómo puedes asegurarte de que funcionen correctamente y no consuman más energía de la necesaria o que los datos que generan sean útiles y seguros?

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Importancia en infraestructuras inteligentes

El IoT funciona como el “cerebro” que conecta y mejora todos los sistemas que la componen. Las infraestructuras inteligentes dependen en gran medida de los dispositivos IoT y la correcta gestión de estos dispositivos resulta esencial para garantizar el funcionamiento óptimo y la seguridad de los datos que estos dispositivos manejan.

Ahora la mayoría de nuestros dispositivos permiten recopilar datos en tiempo real sobre el estado de los sistemas, el consumo de energía, el tráfico y otros elementos relevantes.

En pocas palabras, el IoT convierte infraestructuras normales en entornos que “piensan” y “actúan” por sí mismos, haciendo que sean más inteligentes, eficientes y capaces de adaptarse a las necesidades del presente y del futuro. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental y a la calidad de vida de las personas.

Sin embargo, para aprovechar al máximo estas ventajas, es fundamental implementar una gestión sólida de los dispositivos IoT. Como iremos viendo a lo largo del artículo, es clave asegurar la compatibilidad entre dispositivos de diferentes fabricantes y garantizar la escalabilidad del ecosistema a medida que se agregan nuevos dispositivos, proteger nuestros datos y la privacidad de nuestros usuarios.

Es muy importante tener en cuenta que una mala gestión puede conducir a la explotación de vulnerabilidades de seguridad, ineficiencias y dificultades para integrar nuevas tecnologías en el futuro. Por eso es fundamental también que los Administradores puedan gestionar correctamente estos nuevos dispositivos que se incorporan en nuestras empresas, ya que por mucho que nos resistamos al cambio, cada vez existen más dispositivos que se conectan a nuestra red y controlan ciertos sistemas, por lo que no podemos mirar para otro lado, y debemos saber adaptarnos para poder beneficiarnos de la tecnología.

Retos de la gestión de dispositivos IoT en las empresas

IoT tiene un potencial enorme, pero debemos tener en cuenta los retos que hay que afrontar para poder aprovechar al máximo esta tecnología.

Conectividad y compatibilidad

La gran variedad de dispositivos y protocolos de comunicación puede complicar la integración, especialmente al integrarlos con sistemas preexistentes como SCADA/BMS en entornos industriales. Los dispositivos IoT utilizan diversas tecnologías de comunicación como Wi-Fi (802.11), Zigbee, LPWAN (Low-Power Wide-Area Networking) o redes móviles 5G y protocolos estandarizados como MQTT, CoAP, LwM2M (Lightweight M2M) u OMA DM (Open Mobile Alliance Device Management). La selección del protocolo adecuado dependerá de requisitos específicos de ancho de banda, latencia, seguridad y consumo energético.

Por ejemplo, si un sensor debe enviar datos a gran distancia, quizá un protocolo de bajo consumo y largo alcance como LPWAN resulte más adecuado que Wi-Fi. Si el dispositivo funciona con baterías, es lógico optar por tecnologías que requieran menos energía, como Zigbee o LPWAN, para prolongar la vida útil sin cambiar las pilas con tanta frecuencia. En otros casos, si dispones de alimentación eléctrica estable (monofásica o trifásica), puedes considerar opciones más potentes, como Wi-Fi o 5G, ya que el consumo energético dejará de ser una limitación tan estricta.

Es clave asegurar la interoperabilidad no solo a nivel de hardware y protocolos de comunicación, sino también en el manejo de datos y en las API que ofrecen los dispositivos. El uso de protocolos y estándares abiertos, junto con frameworks reconocidos, facilita la integración con sistemas existentes y asegura que las implementaciones IoT puedan evolucionar sin quedar atadas a un solo fabricante o tecnología.

Todo esto implica analizar cuidadosamente las necesidades del sistema para seleccionar la tecnología de comunicación que ofrezca un equilibrio adecuado entre rendimiento, eficiencia y viabilidad.

Para garantizar una comunicación eficiente entre dispositivos, es importante que cada dispositivo cuente con un identificador único que facilite su gestión dentro del sistema IoT, desde su función como objeto hasta su capacidad de comunicación y el servicio que proporciona.

Seguridad y privacidad

Los dispositivos IoT pueden convertirse en puntos vulnerables si no se securizan adecuadamente. Por eso, e importante implementar medidas de seguridad sólidas como autenticación fuerte, encriptación de datos y actualizaciones regulares de firmware. Si quieres profundizar aún más en cómo proteger tus dispositivos en escenarios específicos, te recomiendo leer este artículo sobre Cómo asegurar dispositivos móviles e IoT contra amenazas, donde encontrarás consejos adicionales para reforzar tu seguridad. Aquí te dejo unos tips para mejorar la seguridad de los dispositivos IoT en tu empresa:

• Mantén siempre el firmware actualizado (OTA) de tus dispositivos con los últimos parches de seguridad.
• Cambia las contraseñas por defecto a contraseñas únicas, largas y complejas e implementa autenticación multifactor (MFA) en los dispositivos que lo permitan.
• Crea una VLAN exclusiva para los dispositivos IoT, aislando o limitando el acceso entre la red IoT y la red corporativa.
• Implementa listas de control de acceso (ACL) para limitar la comunicación entre dispositivos, aplica el principio de privilegio mínimo o como le gusta a Microsoft, confianza cero (Zero Trust).
• Implementa certificados X.509 para la autenticación mutua de dispositivos y el uso de protocolos seguros como TLS/DTLS garantizan la confidencialidad e integridad de las comunicaciones.
• Y algo que quizás suele pasar desapercibido, es la gestión del ciclo de vida de los dispositivos. Mantén un inventario actualizado, incluyendo su ubicación, fabricante, serial y versión de firmware. Asegura el reemplazo o desuso seguro de dispositivos obsoletos o no compatibles con los estándares actuales.

Es importante también contemplar la aplicación de estándares y buenas prácticas internacionales en seguridad IoT, como las recomendaciones del NIST (National Institute of Standards and Technology) en su documentación SP 800-213, o las directrices de la ETSI EN 303 645, que proporcionan pautas concretas para el aseguramiento de dispositivos IoT, reforzando la confianza en el ecosistema, especialmente en entornos industriales o críticos.

Otro aspecto que no podemos pasar por alto es la privacidad de los datos. Los dispositivos IoT recopilan enormes cantidades de información, muchas veces sensible. Las empresas deben asegurarse de cumplir con regulaciones como GDPR y establecer políticas claras sobre cómo se manejan y protegen esos datos, de manera ética y segura.

Escalabilidad

Para escalar una infraestructura IoT de manera efectiva, es recomendable usar arquitecturas modulares que permitan una expansión flexible. También es importante adoptar protocolos ligeros, utilizar servicios en la nube y aprovechar el procesamiento en el borde (edge computing). Además, es útil automatizar los despliegues, usar contenedores y orquestadores para ajustar los recursos según la demanda, y gestionar eficientemente el almacenamiento y la limpieza de datos.

Mantenimiento y monitoreo

Los dispositivos IoT requieren un mantenimiento y monitoreo constante para funcionar correctamente. Con el tiempo, los dispositivos van a presentar fallos de hardware, requerir actualizaciones de software o parches de seguridad, e incluso calibración de sensores. Sin un plan claro de mantenimiento, los costos pueden dispararse y la eficiencia de la red se verá afectada.

Las empresas necesitan soluciones que les permitan supervisar y gestionar eficientemente todos sus dispositivos desde una plataforma centralizada.

Beneficios de una gestión eficiente de dispositivos IoT

Superar los retos que acabamos de comentar nos supondrá una gran ventaja en cuanto a la gestión de dispositivos IoT, y que así, podamos transformar las operaciones empresariales.

Automatización de procesos

Al contar con datos precisos y en tiempo real, es posible desencadenar acciones sin intervención humana. La automatización permite responder más rápido a cambios en el entorno, y liberar al personal de tareas repetitivas, para garantizar una mayor precisión y rapidez, mejorando la eficiencia global.

Eficiencia energética y operativa

Los dispositivos inteligentes ayudan a optimizar el consumo energético y de otros recursos. Un sistema IoT puede encender equipos solo cuando son necesarios, identificar patrones de uso y detectar picos de consumo. Este control permite optimizar las operaciones, ahorrar costes y al mismo tiempo, reducir el impacto medioambiental.

La eficiencia también se traslada a otros aspectos operativos: una logística más fluida, una mejor gestión de inventarios, una reducción en los tiempos de inactividad y un uso más inteligente de la mano de obra.

Mejor toma de decisiones

Con datos precisos y en tiempo real, los equipos de gestión pueden identificar tendencias, prevenir problemas, asignar recursos de manera más eficiente y ajustarse mejor a las necesidades del mercado. Si una máquina comienza a registrar niveles de vibración inusuales, es posible anticiparse a una posible avería y programar un mantenimiento preventivo.

Este respaldo en datos también abre la puerta a la aplicación de inteligencia artificial y análisis predictivo, dando un paso más allá en la optimización de procesos.

Mayor seguridad

Una gestión IoT eficiente actúa como un escudo protector. Garantiza que cada dispositivo, cada dato y cada proceso estén resguardados frente a amenazas potenciales. Pero con IoT no solo nos aporta valor en la seguridad lógica, sino en la física también.

En el ámbito de la seguridad física, las cámaras inteligentes y sensores de movimiento pueden detectar actividades sospechosas o condiciones peligrosas, enviando alertas inmediatas al personal de control.

En cuanto a la seguridad digital, herramientas de autenticación y cifrado protegen la integridad de los datos, evitando accesos no autorizados y garantizando la confianza en el ecosistema.

Cómo implementar una gestión eficaz de dispositivos IoT

Llevar a cabo una gestión eficiente de dispositivos IoT no se limita a comprar nuevos cacharros sin más. Involucra estrategia, planificación, herramientas adecuadas, personal capacitado y una ejecución meticulosa.

Implementar estándares internacionales como los del Industrial Internet Consortium (IIC) o las recomendaciones de ISO/IEC 27400:2022 para IoT permite establecer un marco sólido que refuerza la confianza, la escalabilidad y la seguridad a largo plazo.

Definir un plan de gestión

Antes de conectar nada, es fundamental tener un plan sólido. No se trata solo de conectar dispositivos; se trata de hacerlo de forma inteligente y segura. Por eso, es recomendable utilizar marcos de referencia formales, alineados con las mejores prácticas internacionales, como las metodologías del Industrial Internet Reference Architecture (IIRA) o los lineamientos del IoT Security Foundation. Estos marcos actúan como una guía, asegurando un despliegue coherente, seguro y escalable, y ayudan a definir aspectos clave del plan, como:

• Objetivos claros: ¿Qué se espera lograr con el IoT? ¿Mayor productividad, reducción de costes, nuevas líneas de negocio?
• Alcance: ¿Cuántos dispositivos se desplegarán, en qué ubicaciones, y cómo se integrarán con sistemas ya existentes?
• Responsabilidades: ¿Quién gestionará el día a día? ¿Qué equipo se encargará del mantenimiento o la seguridad?
• Presupuesto y plazos: Estimaciones realistas de costes, tiempos de implementación y métricas de éxito.

Un plan bien definido reduce la incertidumbre y facilita la alineación entre las distintas áreas implicadas.

Utilizar plataformas de gestión de IoT

Como ya comentamos antes, contar con una plataforma de gestión centralizada de IoT simplifica enormemente la administración de dispositivos inteligentes.

De esta manera podemos interactuar con múltiples dispositivos desde un panel de control único, mejorando la visibilidad y facilitando la toma de decisiones.

Una buena plataforma debe ofrecer integraciones con otros sistemas empresariales, funcionalidades de autenticación robustas, herramientas de análisis y compatibilidad con diversos protocolos. Además, el soporte técnico y las garantías de actualización continua son factores clave para asegurar la confianza y la fiabilidad a largo plazo.

Si quieres ir un paso más allá, y entender cómo el IoT se potencia al combinarse con edge computing, inteligencia artificial, realidad virtual o aumentada, y otras tecnologías emergentes, te invitamos a leer nuestro artículo Integración del IoT con tecnologías emergentes. Podrás entender cómo la convergencia de estas soluciones puede multiplicar el valor de tu infraestructura tecnológica, optimizar procesos y abrir nuevas oportunidades de negocio.

Automatización de tareas

La automatización es clave para sacar el máximo partido al IoT. Desde la configuración inicial de los dispositivos, pasando por la programación de actualizaciones, hasta la respuesta automática ante ciertos eventos, la automatización reduce el trabajo manual y las posibilidades de error humano.

Es importante establecer reglas claras que definan qué hacer en situaciones determinadas. Por ejemplo, si un sensor detecta un aumento inusual de temperatura en un equipo, la plataforma IoT puede emitir una alerta y apagar el dispositivo antes de que se produzcan daños, sin necesidad de intervención humana directa, o que desencadene en un conjunto de acciones a realizar.

Las herramientas de automatización también deberían integrarse con sistemas de orquestación y contenedores (como Kubernetes y Docker), facilitando la implementación de microservicios para procesar datos en el borde de la red (edge computing) o en la nube. Esto asegura una respuesta más ágil, un aprovechamiento óptimo de los recursos y la posibilidad de implementar lógica más compleja, como análisis predictivo o machine learning, directamente sobre el flujo de datos entrante.

Monitoreo en tiempo real

El monitoreo continuo genera una visión clara de la situación, evita sorpresas desagradables y mantiene la confianza en la infraestructura. Además, disponer de estos datos históricos ayuda a perfeccionar el sistema, ajustando configuraciones y políticas de operación para un rendimiento óptimo.

Herramientas y plataformas para la gestión de IoT

Existen múltiples opciones en el mercado que facilitan la gestión de dispositivos IoT. Elegir la adecuada depende de las necesidades específicas de cada empresa.

AWS IoT Core

AWS IoT Core es un servicio en la nube de Amazon diseñado para facilitar la conexión de dispositivos IoT a la infraestructura de AWS. Este servicio ofrece conectividad segura mediante autenticación y cifrado de extremo a extremo, garantizando la protección de los datos transmitidos. Además, se integra perfectamente con otros servicios de AWS, como AWS Lambda para la ejecución de código en tiempo real o Amazon S3 para el almacenamiento y análisis de datos, ampliando las posibilidades de gestión y procesamiento.

Otra característica clave de AWS IoT Core es su capacidad para gestionar dispositivos de manera eficiente. Permite registrar y organizar dispositivos, aplicar actualizaciones remotas y administrar certificados de seguridad, simplificando así la operación de grandes redes IoT y asegurando un funcionamiento confiable y escalable.

Azure IoT Central

Azure IoT Central de Microsoft, es una solución SaaS diseñada para simplificar la creación y gestión de aplicaciones IoT. Con una interfaz amigable y plantillas predefinidas para distintos sectores, permite a las empresas configurar rápidamente proyectos IoT sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados. Además, su escalabilidad la hace adecuada tanto para pequeños proyectos como para implementaciones masivas.

Esta solución destaca por su seguridad integrada, ofreciendo protección de datos y cumplimiento con estándares internacionales. Azure IoT Central puede integrarse con otros servicios del ecosistema Microsoft, como Power Automate, permitiendo orquestar flujos de trabajo automatizados desencadenados por eventos IoT.

También, incluye herramientas de análisis y visualización de datos, lo que facilita la generación de informes personalizados y el monitoreo en tiempo real para una toma de decisiones más informada.

Google Cloud IoT

Google Cloud IoT es la solución de Google para la gestión de dispositivos IoT, diseñada para ofrecer conectividad global y soporte para dispositivos en cualquier parte del mundo. Este servicio se integra con herramientas avanzadas como BigQuery, lo que permite realizar análisis detallados y aprovechar el potencial del aprendizaje automático mediante modelos de Machine Learning, obteniendo insights más profundos y precisos.

La seguridad es otro pilar fundamental de Google Cloud IoT, que incluye autenticación mutua y encriptación de datos para proteger la información en tránsito y en reposo. Estas características hacen que la plataforma sea una opción robusta y escalable para empresas que buscan maximizar el valor de sus implementaciones IoT.

Plataformas especializadas

Además de las opciones de los grandes proveedores de nube, existen plataformas especializadas que ofrecen soluciones adaptadas a necesidades específicas. Algunas de ellas son:

• Losant: Plataforma de desarrollo de aplicaciones IoT con enfoque en la facilidad de uso y personalización (Incluida en el cuadrante mágico de Gartner de 2024 para plataformas globales de IoT Industrial).
• Particle.io: Una solucion PaaS, enfocada en dispositivos de hardware, ofrece herramientas para prototipado y escalado de productos IoT.
• ThingWorx: Proporciona soluciones para industrias como manufactura, energía y transporte, con capacidades avanzadas de análisis y realidad aumentada.
• IBM Watson IoT Platform: Ofrece gestión de dispositivos a escala, analítica avanzada, integración con inteligencia artificial y posibilidad de interactuar con una amplia gama de hardware, independientemente del fabricante.
• Plataformas Open Source (ThingsBoard o Kaa): Para organizaciones que deseen más control o flexibilidad, existen soluciones de código abierto que permiten integrar distintos tipos de dispositivos, personalizar flujos de datos y dashboards, y facilitar integraciones con sistemas internos.

Al elegir una plataforma, es importante considerar factores como el costo, la compatibilidad con dispositivos existentes, las capacidades de seguridad y el soporte técnico.

Conclusiones

Para los profesionales del sector IT, entender y dominar la gestión de dispositivos IoT les supondrá un mayor control sobre su infraestructura inteligente, encajando perfectamente con los planes de transformación digital de la organización. Como hemos visto a lo largo del artículo, no se trata solo de encender dispositivos y dejarlos funcionando y ya está… debemos entender cómo integrarlos con otros sistemas para sacar el jugo a esta tecnología. Esto nos obliga estar al día con las tendencias (pero de eso ya nos dimos cuenta cuando empezamos a estudiar y trabajar en esto), conocer las herramientas disponibles y desarrollar nuevas estrategias que alineen la tecnología con los objetivos empresariales.

Mirando hacia el futuro, está claro que el IoT seguirá creciendo y evolucionando. Las empresas que adopten una gestión proactiva y estratégica de sus dispositivos IoT estarán mejor posicionadas para aprovechar las oportunidades que esta tecnología nos ofrece.

Al final y al cabo, la gestión de IoT (como la tecnología en general) debe aportar un valor tangible, resolviendo problemas reales y mejorando la operatividad de la organización.