Ciberseguridad en la Industria 4.0
En este artículo explicamos por qué la ciberseguridad es esencial en la Industria 4.0 y cómo prepararnos para los retos más desafiantes...
¿Está realmente segura tu información online? ¿De qué forma protegen las empresas sus sistemas contra amenazas que ni siquiera conocemos aún? Prepárate para descubrir los misterios de los ataques más sofisticados y las mejores herramientas para protegerte.
Cada minuto, sin cesar, se dan 1.700 ciberataques en el mundo. No es ciencia ficción, es nuestra realidad actual. De hecho, cualquier ciudadano, empresa o profesional que utilice Internet y las nuevas tecnologías en su día a día podría estar en riesgo, si el uso que realiza no es el adecuado.
El análisis realizado por la consultora Deloitte en “El Estado de la Ciberseguridad en España para 2022”, afirma que tuvieron lugar 350.000 ataques, y que un 94% de las empresas españolas enfrentaron incidentes de ciberseguridad. Un dato que nos coloca en el tercer lugar de la lista global, solo por detrás de EE.UU. y China.
Los ciberataques de hoy no son meros intentos de robo de datos; son sofisticadas operaciones que pueden paralizar gobiernos, devastar empresas y poner en jaque nuestra privacidad y seguridad. Y lo que es más preocupante, provienen de una variedad de fuentes: desde hackers solitarios hasta grupos delictivos organizados y, en ocasiones, naciones enteras.
Esta realidad, tan inquietante como fascinante, nos lleva a preguntarnos: ¿Estamos realmente preparados para enfrentar una ola de ciberdelincuencia?
En este artículo, te introducimos en el complejo mundo de los ciberataques más famosos y frecuentes. Si te preocupa la seguridad de tus datos o simplemente quieres tener más información sobre los riesgos que existen en el ciberespacio, este artículo es para ti.
Hoy día, la ciberseguridad se ha convertido en un pilar fundamental de nuestra existencia digital, imprescindible para salvaguardar datos y sistemas.
El impacto de los ciberataques es tangible y más que significativo. De hecho, el Informe de Ciberpreparación 2023 de Hiscox, revela que el gasto medio en ciberataques a empresas españolas ha aumentado un 43% en el último año.
Los ejemplos de las repercusiones de los ciberataques son variados y alarmantes. Es más, un ataque efectivo puede llevar consigo la pérdida de datos críticos, interrupción de operaciones y daños de reputación, como veremos en detalle más adelante.
Los informes del Consejo Europeo apuntan al ransomware, con más de 10 terabytes de datos robados, como una de las mayores amenazas cibernéticas en la UE, siendo el phishing el vector inicial más común de estos ataques. Los ataques de Denegación de Servicio Distribuido (DDoS) también se encuentran entre las amenazas más altas.
El gasto anual del cibercrimen para la economía global se estimó en €5.5 billones a finales de 2020, el doble de la cifra de 2015. De hecho en la actualidad, la agresión militar de Rusia contra Ucrania ha reconfigurado el panorama de amenazas en Europa en 2022, movilizando a muchos hacktivistas, ciberdelincuentes y grupos patrocinados por estados.
Proteger nuestros datos va más allá de la mera seguridad informática; se trata de preservar nuestra identidad, privacidad y, en última instancia, nuestra libertad. Conocer los distintos tipos de ciberataques y cómo prevenirlos es esencial para navegar seguro en este entorno digital cada vez más complejo.
Para entender cómo la ciberseguridad se aplica en contextos industriales modernos, te recomendamos leer sobre Ciberseguridad en la Industria 4.0.
Un ataque cibernético es una acción malintencionada que busca comprometer la disponibilidad, integridad, o confidencialidad de sistemas informáticos, redes o datos.
Estos ataques pueden tener diversos orígenes, incluyendo individuos, organizaciones criminales y, en algunos casos, gobiernos. Pero, ¿qué motiva a alguien a realizar un ataque cibernético?
Las motivaciones son diversas. Destacan, por ejemplo el beneficio económico, como es el caso de los ataques de ransomware, donde los delincuentes exigen un rescate para liberar datos secuestrados. También las motivaciones políticas o ideológicas, como en los ciberataques patrocinados por estados, para desestabilizar gobiernos o instituciones.
Los tipos de ciberataques son variados y evolucionan constantemente. Incluyen, entre otros, el phishing, donde se engaña a las víctimas para que entreguen información sensible; los ataques de malware, que involucran software malicioso diseñado para dañar o infiltrarse en sistemas; y los ataques DDoS, que buscan hacer inaccesibles los servicios en línea mediante la sobrecarga de tráfico.
Para entender qué es un ataque cibernético, es importante considerar que no son eventos aislados, si no que forman parte de un ecosistema más amplio de ciberdelincuencia que incluye una variedad de tácticas, técnicas y procedimientos.
Estos ataques coinciden en el uso indebido de la tecnología para ocasionar daño o extraer beneficios a expensas de otros. Desde la ingeniería social hasta la explotación de vulnerabilidades en software, los métodos empleados son cada vez más sofisticados, lo que hace que tanto la prevención como la protección sean tareas cada vez más complejas.
¿Quieres saber cómo protegerte de estos riesgos? Te recomendamos este Curso de onboarding en ciberseguridad como un excelente primer paso.
El informe del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE) apunta que los sectores con mayor número de incidentes en 2023 fueron seguros y hostelería. Sobre la tipología de los ciberataques, el ranking de amenazas habituales es liderado por el ransomware, el malware y el phishing.
Lo cierto es que nos encontramos ante una gran diversidad de ciberataques, tan amplia como las tecnologías que intentan aplicar. Si te interesa saber cómo se pueden evaluar las vulnerabilidades de un sistema, no te pierdas este artículo sobre las Fases del pentesting: Pasos para asegurar tus sistemas.
A continuación, exponemos algunos de los tipos de ataques cibernéticos más comunes:
El phishing es el tipo de ataque más frecuente. Se trata de una técnica fraudulenta para conseguir información confidencial, como contraseñas o datos bancarios, a través de la suplantación de identidad. Para hacerte una idea de su frecuencia, Google bloquea alrededor de 100 millones de correos electrónicos de phishing cada día.
Los atacantes suelen utilizar correos electrónicos o sitios web falsos que imitan a entidades de confianza, para engañar así a las víctimas y obtener sus datos. También existen otras técnicas hermanas como el vishing, phishing por voz; y el smishing, phishing por SMS.
En nuestro país, los clientes del Banco Santander en España en 2020 fueron el objetivo de una sofisticada campaña de phishing. Enviaron correos electrónicos que parecían ser comunicaciones oficiales del banco, informando a los clientes sobre supuestas irregularidades en sus cuentas o transacciones pendientes, incluyendo un enlace que redirigía a los usuarios a una página web falsa.
Esta parecía la página de inicio de sesión del Banco Santander. Los clientes introdujeron sus credenciales de acceso al banco. Datos que los ciberdelincuentes utilizaron para acceder a las cuentas bancarias y realizar transacciones fraudulentas.
Banco Santander respondió rápidamente al ataque, informando a sus clientes sobre la estafa y proporcionando directrices sobre cómo reconocer y evitar correos electrónicos de phishing. El banco también reforzó sus medidas de seguridad online y aumentó sus esfuerzos de educación al cliente sobre ciberseguridad.
El malware, o software malicioso, es un programa diseñado para infiltrarse o dañar un sistema informático sin el consentimiento del usuario. Los tipos comunes de malware incluyen virus, gusanos y troyanos.
El malware puede llegar a tu equipo informático a través de descargas aparentemente inofensivas, como extensiones de navegador o aplicaciones gratuitas. Incluso las grandes empresas con recursos son vulnerables a ataques de malware.
En 2019, Vodafone sufrió un ataque de malware avanzado que permitió a los ciberdelincuentes acceder a su red.
El software malicioso podía evadir los sistemas de seguridad existentes y permitir el acceso a información confidencial y sistemas críticos. Se cree que el malware se introdujo a través de un correo electrónico de phishing o mediante la explotación de una vulnerabilidad de seguridad no parcheada.
Aunque los detalles específicos del impacto no se hicieron públicos, este tipo de ataques puede resultar en pérdidas financieras significativas, daños a la reputación y la pérdida de confianza de los clientes. Vodafone respondió al ataque fortaleciendo sus protocolos de seguridad, actualizando sus sistemas y aumentando la formación de sus empleados en ciberseguridad.
El ransomware es un tipo de malware que bloquea los archivos del usuario y exige un rescate para desbloquearlos. Los ataques de extorsión cibernética y ransomware han ganado protagonismo en los últimos años, afectando a empresas y sistemas gubernamentales, y continúan representando una amenaza significativa para las organizaciones en todo el mundo.
Un ejemplo impactante lo encontramos en la Cadena Ser una de las principales radio generalistas en España, que en 2019 sufrió un ataque de ransomware.
Los atacantes lograron infiltrar el sistema de la SER con un software de ransomware, que cifró los archivos y datos en sus servidores, impidiendo su acceso. Se cree que el ataque se inició a través de un correo electrónico de phishing que engañó a un empleado para que descargara un archivo malicioso.
Como consecuencia hubo una interrupción significativa en las operaciones de la cadena de radio, afectando la transmisión y la producción de contenido. La Cadena SER tuvo que recurrir a protocolos de emergencia y sistemas de respaldo para continuar sus emisiones.
La Cadena SER respondió al ataque activando sus planes de contingencia y trabajando estrechamente con expertos en ciberseguridad para restaurar sus sistemas. La empresa también reforzó sus medidas de seguridad y aumentó la formación de sus empleados en ciberseguridad para prevenir incidentes futuros.
Un ataque DDoS o ataque de denegación de servicio, tiene como objetivo hacer que un servicio online no esté disponible al inundarlo con tráfico desde múltiples fuentes. Estos ataques pueden ser devastadores para empresas que dependen de su presencia en la red.
Veamos el caso del Banco de España, cuyo sitio web fue blanco de un ataque DDoS en 2018. Los ciberdelincuentes utilizaron una red de dispositivos infectados, conocida como botnet, para generar un gran volumen de solicitudes de acceso al sitio web del Banco de España. Esto resultó en una sobrecarga del servidor, haciendo que el sitio web fuera temporalmente inaccesible para los usuarios y clientes.
Aunque el ataque no afectó las operaciones internas del banco ni comprometió la seguridad de los datos de los clientes, sí causó interrupciones en el acceso público al sitio web. Este tipo de ataque puede dañar la reputación de la organización y la confianza de los usuarios en su capacidad para proteger sus sistemas contra amenazas cibernéticas.
El Banco de España respondió rápidamente y restauró el acceso normal a su sitio web. Posteriormente, la institución revisó y fortaleció sus medidas de seguridad para prevenir y responder mejor a futuros ataques DDoS.
Estos ataques se basan en la manipulación de personas para que realicen acciones o revelen información confidencial. A menudo se utilizan tácticas como el pretexto y la suplantación de identidad para engañar a la víctima. El 43% de los ataques de ingeniería social se dirigen a pequeñas empresas, lo que demuestra que no solo las grandes organizaciones están en riesgo.
En un ataque de ingeniería social a Twitter, los atacantes engañaron a empleados para obtener acceso a herramientas internas. Esto les permitió secuestrar cuentas de alto perfil y promover una estafa de Bitcoin.
El hacking de contraseñas implica el uso de diversas técnicas para descifrar o adivinar contraseñas con el fin de acceder a sistemas o cuentas protegidas. Los ataques de fuerza bruta y el uso de diccionarios son métodos comunes en este tipo de invasiones. El 81% de las violaciones de datos se deben a contraseñas débiles o robadas.
En LinkedIn, los atacantes robaron millones de contraseñas de usuarios en 2012. Aprovecharon las débiles medidas de seguridad y almacenamiento de contraseñas, lo que llevó a una masiva filtración de datos.
La inyección SQL es una técnica que descubre las debilidades de una base de datos para manipularla y acceder a información sensible. Los ataques de inyección SQL son especialmente peligrosos para sitios web y aplicaciones que no han implementado medidas de seguridad adecuadas, y son responsables del 65% de todas las vulnerabilidades de aplicaciones web.
Sony Pictures sufrió un ataque de inyección SQL en 2011, que resultó en la exposición de datos personales de miles de usuarios. Este ataque explotó vulnerabilidades en sus aplicaciones web.
Los ataques de fuerza bruta consisten en intentar múltiples conjuntos de usuarios y contraseñas, hasta encontrar la credencial correcta. Aunque son menos sofisticados que otros métodos, pueden tardar solo minutos en descifrar una contraseña débil, y ser efectivos si no se toman precauciones como límites de intentos de inicio de sesión, o autenticación de dos factores.
En 2020, sitios web de WordPress fueron objeto de ataques de fuerza bruta, donde los atacantes intentaron acceder a numerosas cuentas probando diferentes combinaciones de contraseñas.
En un ataque Man-in-the-Middle (MitM), el ciberdelincuente se interpone entre la comunicación de dos partes para interceptar o alterar los mensajes que se envían. El 35% de los ataques MitM ocurren en redes wifi públicas, como las de aeropuertos o cafeterías, y pueden llevar al robo de información personal o financiera.
Los ataques MitM son comunes en redes Wi-Fi públicas, donde los atacantes interceptan la comunicación entre el usuario y el punto de acceso para robar datos.
Un ataque Zero-Day explora vulnerabilidades no conocidas o no corregidas en software o hardware. Estos ataques son especialmente peligrosos porque no hay defensas conocidas contra ellos hasta que se descubre la vulnerabilidad. La media de tiempo para corregir una vulnerabilidad Zero-Day es de 202 días.
Microsoft Exchange Server fue atacado explotando vulnerabilidades Zero-Day en 2021, permitiendo a los atacantes acceder a correos electrónicos y datos de servidores corporativos.
El secuestro de sesiones, también conocido como session hijacking, consiste en tomar el control de la sesión de un usuario después de que se haya registrado en un servicio. Esto permite al atacante acceder a cuentas y realizar acciones como si fuera el usuario permitido. El secuestro de sesiones es especialmente común en aplicaciones web mal configuradas.
En 2019 WhatsApp fue víctima de este tipo de ataque, un fallo de seguridad permitió a los atacantes secuestrar sesiones de chat mediante la manipulación de códigos QR utilizados para la versión web.
Estos ataques, también conocidos como ataques de relé, implican la captura de datos transmitidos entre dos partes para su posterior uso malicioso, por ejemplo en una transacción de tarjeta de crédito. Son similares a los ataques Man-in-the-Middle pero suelen ser más sofisticados y más difíciles de detectar, ya que pueden ocurrir en cualquier punto de la cadena de comunicación.
Los ataques de intermediarios son comunes en transferencias bancarias internacionales, donde los atacantes desvían fondos interceptando y modificando detalles de transacciones.
El cryptojacking es la utilización no autorizada de recursos informáticos para minar criptomonedas. Aunque menos dañino que otros tipos de ataques, puede ralentizar sistemas y generar gastos adicionales. El cryptojacking afectó a más de 10 millones de usuarios solo en el primer semestre de 2021.
The Pirate Bay en 2017 utilizó scripts de cryptojacking en su sitio web para minar criptomonedas utilizando los recursos de los dispositivos de los visitantes sin su consentimiento.
En un ataque de spoofing, o suplantación de identidad, el ciberdelincuente se hace pasar por otra persona o entidad para ganar acceso a sistemas o información. Estos ataques pueden ocurrir a través de correo electrónico, sitios web o incluso llamadas telefónicas. Los ataques de suplantación de identidad a menudo se utilizan en combinación con otros tipos de ataques, como el phishing, para maximizar su efectividad.
Los ataques de spoofing a menudo ocurren en el ámbito empresarial, donde los atacantes se hacen pasar por ejecutivos o socios para engañar a los empleados y realizar fraudes financieros.
Los ciberataques no discriminan y han afectado a todo tipo de organizaciones, desde ayuntamientos hasta instituciones educativas. A continuación, analizamos tres casos emblemáticos que muestra la dimensión y el alcance de estos ataques.
El Ayuntamiento de Sevilla sufrió un ciberataque significativo que afectó a todos sus servicios digitales, desde la gestión de citas previas hasta el sistema de pago de impuestos. Este ataque paralizó temporalmente las operaciones municipales y los servicios al ciudadano.
El ataque fue identificado como un caso de ransomware, en el cual el grupo LockBit, conocido por sus actividades de ciberdelincuencia, infectó los sistemas informáticos del ayuntamiento. El ransomware es un tipo de malware que cifra los archivos del sistema, impidiendo el acceso a los mismos hasta que se paga un rescate.
El ataque causó una interrupción significativa en los servicios municipales, afectando tanto a los empleados del ayuntamiento como a los ciudadanos de Sevilla. A pesar de la exigencia de un rescate de 1,5 millones de euros, el equipo de gobierno se negó a pagar, siguiendo la recomendación de no ceder ante las demandas de los ciberdelincuentes.
Este incidente pone de manifiesto la necesidad de tener sistemas de respaldo y planes de recuperación ante desastres para garantizar la continuidad de los servicios esenciales. También subraya la necesidad de formación continua en ciberseguridad para los empleados y de implementar medidas de seguridad robustas para prevenir ataques similares en el futuro.
El ransomware WannaCry fue un ataque cibernético global que se propagó rápidamente utilizando una vulnerabilidad en el sistema operativo Windows. Este malware cifraba los archivos en los equipos infectados, exigiendo un rescate en Bitcoin para su desbloqueo.
WannaCry es un ejemplo de un ataque de ransomware, que bloquea el acceso a los archivos del usuario hasta que se paga un rescate. Este ataque se destacó por su capacidad de auto-propagación a través de redes, lo que lo convirtió en uno de los ransomware más rápidamente difundidos de la historia.
El ataque afectó a organizaciones en más de 150 países, incluyendo un impacto devastador en el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), donde resultó en la cancelación de citas médicas y cirugías.
Este incidente subrayó la importancia de las actualizaciones de seguridad y el mantenimiento de sistemas operativos. También resaltó la necesidad de tener planes de contingencia y respuestas de emergencia para ataques cibernéticos a gran escala.
Sony Pictures Entertainment sufrió un ataque cibernético que resultó en la filtración de una gran cantidad de datos confidenciales, incluyendo correos electrónicos internos, información personal de empleados y películas no estrenadas.
Este ataque fue una combinación de varias tácticas cibernéticas, incluyendo el uso de malware para infiltrarse y extraer datos, así como técnicas de ingeniería social para obtener acceso a las redes de Sony. Los atacantes también utilizaron tácticas de intimidación y extorsión, amenazando con liberar más datos si Sony no cumplía con sus demandas.
El ataque causó daños financieros importantes a Sony, estimados en millones de dólares, y dañó gravemente su reputación. Este caso demuestra que es fundamental disponer de una seguridad de red robusta y de prácticas de gestión de riesgos, y que incluyan la protección contra la pérdida de propiedad intelectual y datos confidenciales. Así como la necesidad de una comunicación efectiva y gestión de crisis en el caso de una violación de datos a gran escala.
Si estos casos te han hecho reflexionar sobre la importancia de estar bien preparado en el ámbito de la ciberseguridad, quizás te interese la Carrera de ciberseguridad en la empresa.
Los ataques cibernéticos son una amenaza presente en todos los ámbitos de nuestra sociedad digitalizada, como lo demuestran algunos ciberataques famosos que hemos descrito en este artículo. Desde instituciones gubernamentales hasta gigantes del entretenimiento, nadie está completamente a salvo.
Con el avance de tecnologías como la inteligencia artificial en la ciberseguridad, el futuro parece prometedor, pero también plantea nuevos desafíos y vulnerabilidades. No basta con tener las mejores herramientas de seguridad, si las personas que las manejan no están adecuadamente preparadas para enfrentar estos desafíos. La mejor defensa es estar formado y preparado.
Sin duda, la ciberseguridad es una responsabilidad compartida. A través de la inversión, la educación y la adaptabilidad, incluida la incorporación de tecnologías avanzadas como la IA, podremos reducir los riesgos y proteger nuestro espacio digital.
También te puede interesar
En este artículo explicamos por qué la ciberseguridad es esencial en la Industria 4.0 y cómo prepararnos para los retos más desafiantes...
Esta formación está diseñada para quienes aspiran a ser Managers en Ciberseguridad, proporcionando una guía detallada sobre nuestro...