La figura del mentor en el desarrollo profesional
¿Sabías que la figura del mentor puede ser clave para acelerar tu crecimiento y éxito profesional? Si quieres saber por qué el...
El peer mentoring está ganando terreno como una forma innovadora de aprender y crecer dentro de las organizaciones. Este enfoque fomenta la colaboración, mejora la comunicación y crea un entorno donde todos tienen algo que aportar. Si quieres saber más sobre el mismo, no dejes de leer este artículo.
¿Os gusta la literatura de fantasía? Disculpadme el estereotipo, pero seguro que al menos tenéis cierta familiaridad con ella. Al fin de al cabo, este es un blog de nuevas tecnologías…
Al menos me sabréis decir quienes fueron dos titanes del género, C.S. Lewis y J.R.R.Tolkien. Les conoceréis por sus respectivas magnum opus, la saga Las crónicas de Narnia y la trilogía El señor de los anillos.
Pues bien, ambos autores formaban parte del grupo Inklings, al que asistían entre otros escritores y en el que protagonizaban fieros debates no exentos de gran camaradería, en la tradición de los clubs de caballeros ingleses. Se exponían reflexiones, ideas novedosas y se leían extractos y works in progress de las obras en las que los miembros estaban trabajando, sometiéndose gustosamente a las críticas constructivas más feroces en pos de la excelencia.
Sobre sus reuniones semanales durante casi treinta años, Lewis comentó que el objetivo era “en teoría, para hablar de literatura”, pero que, de hecho, “casi siempre se hablaba de algo mejor”. Las obras de Tolkien y Lewis fueron, en parte, resultado de este contubernio, expuestas y mejoradas una y otra vez a través de las sesiones y el paso de los años. Como resultado, su grandísima calidad resultó en dos sagas de gran éxito, no ya de la literatura de fantasía épica moderna (de la que fueron pioneros y catalizadores), sino de la literatura en lengua inglesa del siglo XX.
Si tú también quieres obtener estos claros beneficios a pequeña escala, sigue leyendo, pues aquí entra en juego un concepto y una herramienta muy interesante, la estrategia conocida como Peer Mentoring.
Para definir la formación entre pares podemos recurrir a un concepto interesante que ya definió otro pionero de la literatura, en este caso de la literatura de desarrollo personal, Napoleon Hill. En su libro Las leyes del éxito, publicado en 1928 comentaba la existencia de los grupos “Mastermind”, o “mente maestra”.
Hill definió estas asociaciones como “una mente que se desarrolla a través de la cooperación armoniosa de dos o más personas que se alían con el propósito de llevar a cabo una tarea determinada“. Para él, este tipo de prácticas quedaban ejemplificadas en su entrevista al magnate y filántropo Andrew Carnegie. Este último reveló la importancia de “la suma total de las mentes” de sus socios y empleados. En principio, desde el más raso colaborador al más alto ejecutivo, pasando por científicos, ingenieros, contables y administradores, era invitado a aportar su visión, sugerencias, perspectiva… al menos, con toda la inclusividad que permitía la cultura empresarial de hace más de un siglo.
Por consiguiente, Hill llegó a considerar este tipo de asociaciones de mentes pensantes la piedra angular de toda hazaña excepcional. Al igual que en ese grupo “mastermind” que fueron los Inklings, algunas alianzas tienen grandes frutos.
Peer Mentoring consiste exactamente en esto, sólo que llevado a cabo por parejas de profesionales. Por supuesto, no por ello excluyendo la posibilidad de formar pequeños grupos para el intercambio de ideas y conocimientos. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en las parejas y cómo pueden aportar cada una de las partes a la conversación.
Como podéis imaginar, dos mentes piensan mejor que una.
Cuando nos juntamos con otros profesionales para exponer ideas, discutir y debatir, y recibimos críticas e inspiración, crecemos y nos desarrollamos, generamos nuevas ideas y refinamos las que ya teníamos. Por tanto, no es moco de pavo la importancia y beneficios que puede tener implementar programas de Peer Mentoring en la empresa.
Comentemos las ventajas de implementar estos programas antes de ponernos manos a la obra…
Se trata de un intercambio de habilidades en el que cada compañero muestra de forma práctica la realización de un trabajo o cómo implementar una aptitud más teórica. Por ello, cada trabajador toma contacto con diferentes perspectivas y metodologías, siempre aprendiendo algo al ponerse manos a la obra y trabajar codo con codo.
Aparte de las habilidades profesionales… también desarrollamos nuestras aptitudes interpersonales dentro del puesto de trabajo. Es cierto que somos adultos y tenemos mayor o menor facilidad para desenvolvernos en la oficina, pero… ¿No habrías agradecido algo así cuando eras el nuevo o la nueva? ¡Pues claro! Todo rompehielos es bienvenido.
Nuestra red de contactos dentro de la empresa no sólo crecerá, sino que se fortificará y adquirirá una solidez sin precedentes. Al apostar por estas micro-relaciones profesionales entre los pares podemos estar seguros de que los equipos de trabajo de alto rendimiento van a tener gran cohesión, especialmente si incorporan a compañeros. También, por consiguiente, existirá una mejor colaboración entre otros equipos y departamentos, pues no siempre coincidiremos con nuestra pareja, pero seguro que pasaremos a saludar por su mesa.
Sí, compartir skills y fomentar el aprendizaje entre profesionales reduce costes a la empresa en programas de capacitación… pero también puede llevar a mejoras en una serie de dimensiones colaterales.
Por ejemplo, ¿cómo se mejora la productividad en esta situación? Es muy sencillo: Si vieras que tu compañero lleva a cabo una tarea de forma engorrosa y tú conoces una mejor… ¿no querrías ahorrarle tiempo y esfuerzos? Le enseñarías esa mejor metodología. De esta manera, y a base de pequeños ejemplos, estas mejoras acaban dando sus frutos a mayor escala, y por ello pueden entrever sutiles avances en innovación.
Aparte de esto, nuestra plantilla pasa a tener mejores habilidades de comunicación, mayor confianza en sí mismos y mejor nivel de autoestima, lo cual puede ser el germen para un gran liderazgo. Y, por si fuera poco, mejoraremos en retención del talento y tendremos una cultura organizacional impecable.
Paso a paso, como de costumbre…
En esta formación debemos tener unas expectativas muy claras. Todos debemos comprender nuestros roles, responsabilidades y resultados que se esperan de nosotros, siempre y cuando tengamos en cuenta los obstáculos habituales y desafíos como la falta de tiempo o la participación desigual. La consistencia es crucial para llegar a buen puerto.
Dado que ambas partes deben contribuir y beneficiarse de la relación, tenemos que proponer un intercambio de habilidades y conocimientos que se ajuste a cada pareja de participantes: Es decir, objetivos específicos para cada par.
Primero recordemos las principales modalidades de un programa de mentoría:
Por tanto, podemos afirmar que, con cada iteración, el formato de mentoring lleva a un aprendizaje más accesible, libre y fluido, entre compañeros del mismo rango. Por ello, ambas partes tienen que fomentar la consistencia siendo honestos en su capacidad para mantener reuniones regulares y centradas en los temas a tratar, para conseguir los objetivos propuestos.
Para saber más sobre Reverse Mentoring te recomendamos nuestro artículo reciente Reverse Mentoring: Invierte los roles e impulsa la innovación y también este otro artículo para tener una visión 360 de la figura del mentor en el desarrollo profesional.
Huelga decir que, al igual que en una web de citas, el éxito del programa radica en gran medida en cómo se empareja.
Deben considerarse el estilo de trabajo y personalidad de cada trabajador, al igual que su disponibilidad y compromiso para dedicar la atención necesaria al programa. Por supuesto, cada participante viene con un trayectoria profesional, y aporta un bagaje a la conversación. Por esto mismo, las habilidades y experiencias, además de los objetivos profesionales de cada uno, deben ser medianamente compatibles con las de su homólogo. Si no tenemos muy en cuenta estos criterios, nuestra selección caerá en saco roto.
Una vez más, es crucial documentar el progreso y realizar un seguimiento del aprendizaje, logros obtenidos, áreas a mejorar… para refinar al máximo el programa de peer mentoring y así asegurar el mayor impacto positivo posible en la organización.
Vayamos a por el oro.
Por si hoy no habías pensado aún en la importancia de fijar objetivos cristalinos, sea este un recordatorio. Se trata de definir, definir, y definir. Por tanto… ¿Qué buscamos lograr exactamente con este programa?
Nuestro enfoque como personal encargado de diseñar esta estrategia puede rotar entre varios beneficios y objetivos, y probablemente deberá decantarse finalmente por uno, aunque no sean pocas esas ventajas adicionales.
Básicamente, existen dos metas generales: La primera tiene que ver con el individuo y la segunda con el colectivo. En la primera, buscamos desarrollar unas habilidades específicas muy demandadas, que ayudarán a agilizar el aprendizaje (por ejemplo, de nuevas herramientas) en proyectos de nueva creación. En la segunda, mejoramos la colaboración entre equipos y departamentos y como resultado apostaremos por una cultura de empresa más sólida.
Dime con quien andas y te diré quien eres: Como cualquier amistad o conocido/a, la elección de un compañero mentor nos influye de formas sutiles, insuflarnos ambición y arrojo o llenarnos de pesimismo y vagancia.
Es importante establecer que la relación es de mejora continua, para vigilar estos efectos colaterales. Si apostamos por la confianza y el respeto mutuo no podemos equivocarnos, especialmente a la hora de…
Volvamos al ejemplo del grupo Inklings: ¿Cómo afectaba el grupo en la obra de cada uno? ¿Qué dúos creativos y qué dinámicas tenían lugar? ¿Cuál era el efecto del grupo en las vidas y carreras de cada uno? Es cierto que estos autores vivían por y para su arte, y por ello estaban cómodos tirándose a las aguas gélidas con esa mentalidad de que “el hierro con hierro se afila”.
Sin embargo, en el mundo real, no siempre es recomendable un nivel de crítica tan feroz. A veces, lo que unos llaman honestidad es visto como una falta de respeto, especialmente en el caso de esas personas “sin filtro” que todos conocemos. Tengamos en cuenta la relación amistosa de mutuo beneficio, y que las críticas deben ser siempre constructivas y con tacto, en pos de la mejora continua.
Además de la minuciosa documentación del progreso que comentábamos, es muy recomendable apostar por mantener el dinamismo del programa, a través de actividades por parejas y la fijación de nuevos objetivos. De esta manera evitaremos perder la “inercia” del entusiasmo temprano, una vez la cotidianidad tome su curso habitual.
Por supuesto, si hemos llevado a cabo un emparejamiento exitoso, podemos también introducir novedades en el programa creando grupos pequeños a modo de equipos de aprendizaje.
Demostrado queda, el Peer mentoring es una gran idea y una estrategia muy efectiva para el desarrollo y la mejora continua a nivel micro (trabajador) y macro (empresa).
Mediante esta técnica apostamos por un mejor ambiente de trabajo, mayor cohesión entre equipos y departamentos, y la eficacia y productividad de nuestros profesionales.
Esta cultura organizacional impecable también queda demostrada en mejores ratios de retención de talento, y como tal, es algo que veremos en nuestros puestos de trabajo en lo sucesivo.
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